Una multitud de libaneses con la bandera nacional rindió un último homenaje este viernes al diputado antisirio Antoine Ghanem, cuyo asesinato tensa aún más la designación del nuevo jefe del Estado.
El cortejo fúnebre de Ghanem y dos de sus escoltas se dirigió hacia el barrio Furn el-Sheback, donde el diputado tenía sus oficinas, mientras en las calles adyacentes en la capital Beirut miles de personas ondeaban la enseña patria.
Antes, en el hospital canadiense adonde fueron llevadas las víctimas del atentado del miércoles, que causó cinco muertos en total, los familiares despidieron a sus muertos. «Querido mío», gritó la esposa del político, Lola, antes de cerrar el féretro cubierto con la bandera de cedros.
Sus admiradores enarbolaban también la bandera de las Fuerzas Libanesas, formado a partir del partido falangista Kataeb del político asesinado, y en algunas pancartas se leía: «Antoine Ghanem mártir de Líbano» o «mártir tras mártir».
Miles de personas más respondieron a la llamada de los partidos gubernamentales para participar en los funerales en la cercana iglesia del Sagrado Corazón. Allí se reunieron los líderes de la mayoría antisiria, con Saad Hariri al frente, y diplomáticos occidentales.
Además, las administraciones de todo el país estuvieron cerradas por el luto nacional declarado oficialmente, así como los comercios y, por segundo día consecutivo, las escuelas y uinversidades. Las banderas estaban izaban a media asta.
Los otros fallecidos, una abuela que estaba tomando café en una terraza y un joven ejecutivo que conducía de vuelta a casa, tuvieron funerales separados. El atentado con coche bomba en Sin el-Fil, un barrio cristiano de la capital, causó además 70 heridos.
Fue el segundo asesinato contra un miembro del partido falangista en un año (el ministro de Industria Pierre Gemayel murió en noviembre) y el octavo de un diputado antisirio desde el atentado mortal contra el primer ministro Rafic Hariri en febrero del 2005.
Tras el asesinato de otro diputado de la mayoría en junio, Ghanem se había exiliado temporalmente y había regresado sólo el domingo a Líbano.
La comunidad internacional denunció ese «atentado terrorista».
También condenaron el crimen político el movimiento chiita Hezbolá, principal grupo de la oposición libanesa y su aliado Siria, aunque el gobierno le acusó de estar detrás del mismo y el primer ministro, Fuad Siniora, pidió una investigación internacional.
Todos los partidos se mostraron no obstante decididos a seguir adelante con el programa para la elección de un nuevo presidente a partir del martes.
Las autoridades reservaron habitaciones para los parlamentarios que lo deseen en un lujoso hotel de Beirut bajo una seguridad extrema.
El bloque apoyado por Occidente se queda ahora con una mayoría de 68 de 127 parlamentarios.
Un dirigente del partido falangista, Joseph Abu Jalil, dijo que el atentado pretendía claramente minar la mayoría progubernamental.
Para ser designado presidente, el candidato debe reunir dos tercios de los votos en una primera ronda y una mayoría simple es suficiente después, aunque el proceso debe concluir antes del 24 de noviembre. El puesto está reservado a un cristiano maronita.
El Consejo de Seguridad de la ONU condenó hoy en términos enérgicos el asesinato del legislador libanés Antoine Ghanem y de otras cuatro personas en un ataque con coche-bomba registrado el miércoles en Beirut.
«El Consejo de Seguridad condena enérgicamente el ataque terrorista registrado en Beirut», indicaron los 15 integrantes del consejo en una declaración.
«El Consejo de Seguridad desea expresar su más profunda solidaridad y sus condolencias a los familiares de las víctimas y al pueblo y al gobierno de Líbano», agregó.
Asimismo «reitera su condena a todos los asesinatos selectivos de líderes libaneses, incluyendo los ocurridos desde octubre de 2004, y exige un cese inmediato del uso de la intimidación y la violencia en contra de los representantes del pueblo y de las instituciones libanesas», indicó la declaración.
El consejo enfatizó además que cualquier intento por desestabilizar Líbano, a través de asesinatos políticos o de otros actos terroristas, no debe impedir el proceso constitucional en Líbano ni subvertirlo.
También reiteró el llamado para «realizar una elección presidencial libre y justa de conformidad con las normas y los calendarios constitucionales libaneses, sin intervención extranjera alguna y con respeto a la soberanía de Líbano».
El estallido del coche-bomba se registró apenas una semana antes de la reunión del 25 de septiembre del parlamento durante la cual se elegirá un jefe de estado para reemplazar al actual presidente Emile Lahoud.