La próxima gran estrella del mundo de la aviación podría ser muy pequeña. Lo más llamativo de esta semana en la Feria Aérea Internacional de Farnborough resulta diminuto comparado con los titanes del aire, como el Airbus 380 o el Boeing Dreamliner.
LONDRES / Agencia AP
Lo que hace la boca agua a los aficionados a la aviación en la mayor feria del sector, con participantes de 40 países, son las posibilidades comerciales de los vehículos aéreos no tripulados, conocidos como drones.
Los drones son conocidos sobre todo por su uso en zonas de conflicto. Pero estos artefactos, que pueden pesar menos de 1 onza (28 gramos), tienen un gran potencial de aplicaciones comerciales. La industria, militar y no militar, está creciendo y podría recibir inversiones de casi 90 mil millones de dólares durante los próximos diez años.
Los expertos dicen que pueden adaptarse para volar sobre campos de cultivo y determinan cuándo hace falta regar, sobrevolar las nubes para ofrecer una predicción más precisa sobre tornados, seguir a rinocerontes en peligro, localizar incendios forestales y registrar amplias extensiones en busca de niños desaparecidos.
Y como ocurrió al comenzar la era de la aviación hace poco más de un siglo, las innovaciones son obra de personas con una idea y un entusiasmo ilimitado. Pero no lo tendrán fácil, dado que los grandes jugadores del mercado, como Boeing y Airbus, también quieren participar.
Pero las cosas están un poco paradas por el momento para los fabricantes estadounidenses, mientras esperan a que la Administración Federal de Aviación actualice sus normas. Según la legislación actual, puedes volar legalmente drones por «motivos recreativos» cumpliendo con algunas normas básicas, como mantenerte alejado de los aeropuertos.
Las operaciones comerciales sólo están permitidas con autorización especial, un tedioso proceso que el gobierno estadounidense pretende agilizar.
Otras regiones, como Australia, han sido más lazas con la investigación de esta clase de artefactos, mientras que Japón ya emplea muchos drones, especialmente en agricultura.
Entre tanto, los investigadores experimentan con ideas como un drone con el aspecto de un colibrí, su forma de volar, y el peso de una pila triple A.
«Sencillamente es divertido», comentó Roy Minson, vicepresidente senior de la firma californiana AeroVironment. «Es la clase de cosa con la que soñábamos de niños».