Dr. Mamoru Mohri de la misión NASA STS-47 en Guatemala


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La Embajada del Japón en Guatemala y la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología presentaron el viernes 25 de octubre de 2013 en el Hotel Intercontinental, ubicado en la Ciudad Capital, la conferencia titulada “Reduciendo el estrés sobre la vida de la Tierra/ Cómo la ciencia y tecnología japonesa contribuyen al futuro/ Desafiando lo desconocido”, dictada por el doctor y astronauta japonés Mamoru Mohri. Los asistentes muy ordenados pero impacientes, esperaron al connotado científico.

Grecia Aguilera


Tal como lo imaginé, como todo un pensador de muy alto nivel, se presentó ante el público con sencillez y naturalidad, pero con un gran carisma. Comenzó su charla haciendo saber que de niño él deseaba ir al espacio, como lo hizo el astronauta Yuri Gagarin un 12 de abril de 1961, para observar por sí mismo lo que el cosmonauta soviético divisó: ¡la magnificencia del Universo! Con esa admiración hacia Gagarin, Mohri comenzó a pensar que toda su vida la dedicaría al estudio del cosmos. Cuenta que el eclipse total de sol que sucedió el 20 de julio de 1963 fue determinante en su decisión para llegar a ser el primer astronauta japonés. Narró lo que sintió cuando estaba sucediendo aquel eclipse que tan solo duró un minuto con 39 segundos en su fase total. Notó el cambio de actitud en los animales y en las aves al obscurecerse tan rápidamente el entorno, y luego cómo todo volvió a la normalidad. Su anhelo de viajar al espacio se hizo realidad el 12 de septiembre de 1992 cuando formó parte de la tripulación de la Misión “Spacelab/ STS-47” en el Transbordador Espacial “Endeavour”, convirtiéndose en el primer astronauta japonés en volar en un transbordador espacial de la NASA. Durante la misión tuvo a su cargo 43 experimentos y desarrolló la “Clase Espacio” dedicada a niños y niñas. Uno de sus más importantes trabajos a bordo del transbordador espacial fue investigar el comportamiento de gotas de agua en “microgravedad”. El Dr. Mamoru ‘Mark’ Mohri nació el 29 de enero de 1948 en Yoichi, Hokkaido, región y prefectura al Norte del Japón. En su segunda misión, STS-99, obtuvo la primera información cartográfica tridimensional de la Tierra y fue el primero en utilizar una cámara de video de alta resolución para obtener filmaciones muy precisas del planeta. Sus investigaciones han ayudado a disminuir la deforestación en el planeta y han demostrado que los efectos de esta son devastadores para el medio ambiente. También ha viajado al fondo del mar con la “Agencia Japonesa de Ciencias Marinas” para la que realizó 60 experimentos a una profundidad mayor de 6,500 metros. Actualmente es Director Ejecutivo del Museo Nacional de Ciencias Emergentes e Innovación “Miraikan”. El Dr. Mohri finalizó su disertación en Guatemala manifestando que “Todo en el espacio está en armonía e interconectado. Para la Naturaleza todo tiene una razón de ser y la acción de una persona puede influir sin querer en todo… Desde allá se ve el planeta sin fronteras: no hay países, ni divisiones. La Tierra está flotando, allá el Sol, allá la Luna y de nuevo la Tierra, flotando… que es tan linda…” Sus palabras traen a mi memoria la famosa frase de Yuri Gagarin cuando divisó el planeta Tierra desde su cápsula: “¡Pobladores del mundo, salvaguardemos esta belleza, no la destruyamos!” Pienso ahora en nuestra única morada, escribiendo los siguientes versos: “En siete días se originó/ en siete noches se gestó/ cuán inmensurables han sido/ esos días esas noches/ -si aún en tránsito/ va la creación-/ Ojo de la Vía Láctea/ principio y contenido/ de todo lo existente./ Halo galáctico/ polvo estelar/ sublime transblucencia/ comunidad biológica/ madre del cielo/ y del océano./ Biosfera hidrosfera/ perfecta armonía/ furia y caos/ germen de Dios.”