Fernando Ramos
Los prejuicios y los convencionalismos sociales dicen que las personas que hablan con franqueza, que llaman a las cosas por su nombre, que no tienen miedo de enfrentar las opiniones del «establishment», están fuera de lugar. De ahí que se prefiera a los expertos en dorar la píldora, de ellos se dice que tienen tacto, aunque en el fondo se sepa que están mintiendo.
A partir del éxito de «ER», en la década de los noventas, se sucedieron otros dramas médicos, entre ellos «Dr. House», estrenada en 2004. La serie se desarrolla en el departamento de diagnóstico del Hospital Universitario Princeton-Plainsboro de Nueva Jersey, en donde un grupo de médicos, encabezados por Gregory House, resuelven los más complicados casos.
El personaje principal es el Dr. House, su genialidad es del mismo tamaño que su cinismo, enorme. Es un tipo iconoclasta, poseedor de un sentido del humor ácido, sarcástico; en realidad, se pueden utilizar gran cantidad de adjetivos, de connotación negativa, para calificar su personalidad; pero a pesar de todos esos defectos, su carisma es innegable.
El valor de la serie radica en la forma de abordar los temas, tratados en dos niveles. En uno se diagnóstica la enfermedad, utilizando el método deductivo, en tono detectivesco; de hecho los productores han mencionado que House está basado en Sherlock Holmes; en el otro se desarrollan conflictos que afectan y revelan rasgos de la condición humana. A la par que se lanzan hipótesis médicas, sobre la enfermedad del paciente de turno, se ahonda en los dilemas, no solo del enfermo, también de los parientes, médicos y todas las personas que, de una u otra forma, se ven involucradas.
En cada una de sus cinco temporadas, que lleva al aire, se han cuestionado gran cantidad de íconos, dogmas, o postulados que son considerados verdades absolutas. Vistos desde la perspectiva de un tipo que no cree en nada, que todo lo racionaliza, para quien la subjetividad no existe, los cimientos sobre los que está fundada la sociedad se desbaratan. Cada episodio es una lección de vida, en ellos se ha polemizado sobre: religión, en todas sus manifestaciones; política; arte y artistas; medicina y médicos; ética; moral; el crimen organizado; relaciones de pareja; relaciones de padre e hijo; sexo y todas sus derivaciones; extraterrestres; entre otros.
No se discute que el peso de la serie cae sobre Hugh Laurie, quien interpreta a House, de forma brillante; pero los personajes secundarios son imprescindibles. Aparecen: James Willson, (Robert Sean Leonard), jefe de ontología del hospital, el único amigo de House, también es el único capaz de aguantar todos los desmanes y excentricidades del Médico. Lisa Cuddy (Lisa Edelstein), directora del hospital. Los ex miembros del equipo de diagnóstico, Erick Foreman (Omar Epps); Robert Chase (Jesse Spencer); Allison Cameron (Jennifer Morrison); y los nuevos integrantes: Lawrence Kutner (Kal Penn); Remy Hadley (Olivia Wilde); y Chris Taub (Peter Jacobson); todos odian y admiran a House. La relación que surge entre ellos, nunca de amistad, es la base para debatir sobre la condición humana.
1ª temporada 10/10
2ª temporada 8/10
3ª temporada 8/10
4ª temporada 9/10
5ª temporada, hasta el episodio 15, 8/10
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