A su regreso a la pantalla para una muy anticipada cuarta temporada, «Downton Abbey» sigue siendo una serie sobre elegancia, tradición y finura, y las presiones para preservarlas.
En el estreno, que se transmite este domingo por la noche por PBS, Lady Mary Crawley ha consentido a desgano su viudez seis meses después de que su esposo, Matthew, muriera en un accidente automovilístico. Inconsolable al comienzo del episodio, Mary (interpretada por Michelle Dockery) desestima a su hijo pequeño como «un pobre huerfanito».
Su padre, Lord Robert Crawley (Hugh Bonneville), lidia con las presiones del negocio: la muerte de Matthew y la ausencia de un testamento han llevado la mansión de Downton, que ya estaba frágil financieramente, a una mayor crisis.
Entretanto, el mundo moderno de 1922 se cierne sobre el emperrado Downton. Sólo consideren la intrusión de una mezcladora eléctrica, la más reciente amenaza para el status quo culinario por el que la Sra. Patmore reina en la cocina.
Aun así, la Sra. Patmore se mantiene en cuclillas muy nerviosa pero inflexible ante la presión de mantener a la nobleza de Downton bien alimentada.
En una entrevista reciente, Lesley Nicol, quien la interpreta, recordó que cuando filmó el capítulo original de la serie como la Sra. Patmore su personaje le «gritaba a todo el mundo y era horrenda. Como actriz uno piensa, ‘¿Es simple y llanamente así de desagradable?»’.
Pero Nicol dice que el asesor histórico de la serie le puso los puntos sobre las íes al recordarle que el personaje es «solamente responsable de la comida en esa casa. Si vas a cenar a Downton, tiene que ser lo mejor que hayas probado. A veces la gente es dura porque necesita que las cosas salgan bien».
Ese fue un ingrediente clave para dar vida a la Sra. Patmore, pero la receta sigue presionando a Nicol para que luzca auténtica haciéndolo, porque «los televidentes están buscando errores, ¡sí señor!».
Con una amplia trayectoria que incluye créditos como el musical «Mamma Mia!» y las películas «East Is East» y su continuación, «West Is West», Nicol debe confiar en sus habilidades como actriz para convencer como cocinera, porque (confiesa sin reparos) no cocina en la vida real: aunque a su esposo le encanta invitar gente a cenar, «yo soy la fachada», explica riendo. «Soy la que conversa y le sirve tragos a los invitados».
No es secreto que «Downton Abbey» ha probado las mieles del éxito casi desde que apareció en la televisión británica en 2010 (tres meses antes que su debut en Estados Unidos).
Se ha asegurado una posición firme en la cultura, ha ganado 10 premios Emmy y dos Globos de Oro y ha conquistado a un público robusto. El capítulo final de la temporada pasada atrajo 8,2 millones de espectadores en EE.UU., la mayoría destrozados por la muerte de Matthew y esperando meses para ver cómo lidiaban la élite y la clase baja de «Downton».
En noviembre hubo una cierta buena noticia para los ávidos seguidores con el anuncio de que, sí, el próximo año habrá una quinta temporada. Pero, ¿cuántos años más seguirá «Downton»?, se preguntan algunos.
«Sabemos que serán más de cinco (temporadas) y sé que serán menos de 10», responde pacientemente el productor ejecutivo de la serie, Gareth Neame. «(Pero) no sé qué sucederá de aquí allá».