Dos victorias italianas


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Fue la noche triunfal de Italia contra Alemania, dentro y fuera de la cancha.

Por VICTOR L. SIMPSON ROMA / Agencia AP

El premier Mario Monti y el artillero Mario Balotelli dieron un gran impulso al alicaído ánimo nacional, que padece duras medidas de austeridad desde hace meses y la vergüenza de un escándalo por arreglo de partidos de su deporte nacional con decenas de arrestados.

EL JUEVES LLEGÓ LA MAGIA

En una cumbre europea en Bruselas, el economista Monti lideró el ataque contra la canciller alemana Angela Merkel, que se había resistido a medidas destinadas a aliviar la presión sobre los gobiernos endeudados del sur de Europa.

Hacia el este, en Varsovia, el talentoso futbolista con problemas de disciplina condujo a la selección italiana a la victoria por 2-1 sobre Alemania y a la final de la Eurocopa. Los dos goles de Balotelli —inatajables, potentes, elegantes— dejaron sin aliento a fanáticos y detractores por igual.

«Serán los jefes de Europa, pero en fútbol mandamos nosotros», proclamó el influyente vespertino milanés Corriere della Sera.

Monti, un profesor de ciencias económicas que reemplazó al pintoresco Silvio Berlusconi con el mandato de poner orden en las endeudadas finanzas italianas, había jurado prolongar las conversaciones en la cumbre hasta lograr un acuerdo. Y éstas continuaron hasta poco antes del amanecer, cuando Monti salió muy sonriente de la reunión… y no sólo por el marcador en la cancha.

«Permítanme destacar que Italia trabajó mucho y ejerció mucha presión en la mesa de negociaciones para alcanzar este resultado», dijo en alusión a las medidas para contener los costos del dinero. «Italia puso ideas sobre la mesa que al final recibieron el apoyo de todos».

Durante la noche pareció encabezar el ataque contra Merkel y otros gobernantes del norte europeo que temen pagar más en rescate y préstamos al sur derrochador, es decir, Grecia, España, Portugal e Italia.

En conferencia de prensa el viernes, Monti calificó a Merkel de «protagonista de un debate constructivo y, digamos, deportivo». Dijo que las relaciones con ella eran «excelentes, como antes».

Los gobernantes europeos acordaron enviar fondos directamente a bancos con problemas y, a más largo plazo, consolidar la unión. Los acuerdos indican que Alemania cedió parcialmente en su insistencia de imponer reformas rígidas a cambio de fondos de rescate.

La prensa alemana tituló sus comentarios «La noche en que Merkel perdió» y «Merkel cede», entre otros similares.

El otro Mario, que juega para el club inglés Manchester City, es conocido por sus bromas pesadas. Una vez incendió su propia casa al lanzar fuegos artificiales por la ventana del baño. En su historial abundan las tarjetas rojas, en una ocasión por pisotear a un contrario.

De repente, los diarios italianos empezaron a llamarlo «Super Mario», con la foto en la cual se arranca la camiseta y flexiona sus músculos después del segundo gol.

«Alemania se rinde ante Balotelli», tituló el Corriere della Sera.

Con estas dos actuaciones estelares, ¿surge un nuevo orden europeo?

Fiorella Capobianco, que festejaba en la Piazza del Popolo de Roma entre miles de «tifosi», no lo cree.

«No hablemos de política. ¡En fútbol hemos ganado!», dijo, gritando para hacerse oír por encima de los gritos de júbilo.