Dos o más en moto


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La normativa que prohíbe, en algunos municipios del país, que dos o más viaje en moto, ya está por cumplir tres años. Sin embargo, ello no ha evitado los asaltos en la vía pública, el sicariato motorizado y el robo de celulares entre las filas de vehículos.

Mario Cordero Ávila
mcordero@lahora.com.gt


Fue durante la gestión de Salvador Gándara como Ministro de Gobernación que se impuso esta y otras medidas, como la de utilizar casco y chaleco identificados. El entonces titular del Interior era muy asiduo a utilizar medidas de corte milagroso. Ésta, la de las motos, por ejemplo, aunque también se le recordará por haber señalado a un marero, El Smiley, todas las extorsiones y asesinatos de pilotos (aunque después redondeó sus declaraciones, señalando que sólo eran los crímenes cometidos en Mixco). También por autorizar la construcción de una cárcel de “máxima seguridad”, en Fraijanes, obra fraudulenta por la cual está guardando prisión preventiva y ligado a proceso.

En políticas públicas no hay soluciones mágicas. Al contrario, las soluciones casi siempre atienden a múltiples causas y tienen efecto únicamente con constancia y cumplimiento.

Lo de las motos tan sólo ha sido uno de los ejemplos más claros de que nuestras políticas públicas tienden a ser más reactivas que preventivas.

El tema del reglamentar el tráfico debe pasar, especialmente, por la seguridad vial, y no en la criminalización. Salvo que haya un homicidio culposo, a causa de una irresponsabilidad al manejar, las infracciones de tránsito no requieren pena de cárcel.

Pero el problema es que se criminalizó el Reglamento de Tránsito, considerando que todos los motociclistas son criminales, a menos que viajen solos y con casco y chaleco identificados. La normativa tuvo un contrasentido, porque se opuso al sentido común, como es el hecho que se prohibió dos tripulantes en un vehículo para dos plazas. Es como que si mañana se ilegalizara cierto tipo de modelo y marca de carros, simplemente porque se sabe que a un grupo del crimen organizado le gusta ese modelo para movilizarse.

Las actuales autoridades de Gobernación han dado muestras de saber más de seguridad que el tin marin de ministros que tuvo la administración anterior. Y por ello, han anunciado que se encuentran evaluando esa normativa.

Básicamente, como ya mencioné, el Reglamento de Tránsito debería ser preventivo. Claro está que es ridículo que se multe a una persona por no tener cinturón de seguridad, ya que esa medida puede llegar a salvarle la vida al piloto y a los tripulantes, y no deberían necesitar de una multa para convencerlos de usar el cinturón.

Pero enfocándolo en la prevención, el Reglamento de Tránsito debería obligar a todos los motociclistas a usar casco, incluso si viajan dos. El chaleco podría ser beneficioso, sobre todo para tener mayor visibilidad en las noches. Pero ello sólo es necesario para el que viaje atrás, no los dos. Y, en todo caso, que el chaleco esté visible, y no debajo de la mochila, como muchos lo utilizan.

Obviamente, las motocicletas deben ser para una o dos personas. No para tres, ni para cuatro. Supongo que alguna familia de malabaristas, incluso, han montado a cinco en una moto. Todo es posible en Guatemala. Pero de la misma forma en que un carro de cinco plazas no debe viajar con once, las motos no deben tener más de dos, y mucho menos con un bebé sentado en el manubrio.

Y, más importante, se debería evitar que los motociclistas no se conduzcan entre los carriles de los carros. Los carriles son para todo vehículo, y, que yo sepa, no se ha autorizado a ningún automotor entre filas. Especialmente porque es peligroso y muchos accidentes ocurren por las maniobras que hacen los motociclistas que hacen en medio de los carros.

En términos generales, el usar casco, no viajar más de dos en moto, usar chaleco y no viajar entre filas, como formas de prevención de accidentes mortales, da el mismo resultado que la actual normativa, pero que se diferencia en que ésta criminaliza al motorista.

Incluso, las Policías de Tránsito se han negado verificar la normativa criminalista, pero estarían de acuerdo, supongo, en favorecer la prevención.

Los motociclistas han de ser los pilotos que más accidentes sufren en el país. Pero, para ser sinceros, la mayoría de accidentes ocurren cuando infringen el reglamento y el sentido común. Se ve a motoristas viajar en contra de vía, sobre la banqueta, metiéndose en pequeños espacios, entre filas y sin cascos. O, en peores casos, viajando con la mujer (sentada de lado, además), que lleva un bebé en brazos y otro niño, más grande, sobre el manubrio, además de la mochila de trabajo. Y, para mayor irresponsabilidad, sin casco.

Creo que convendría unas reformas al Reglamento de Tránsito, pero con una visión de seguridad vial. Además, un fuerte control de las reglas, tal y como se hizo en el tiempo en que se empezó a obligar a utilizar el cinturón de seguridad, ya que costó al principio, pero hoy día nadie duda de que es lo correcto.