Los dos nonagenarios hermanos de quienes me he ocupado en esta serie de artículos son: del recientemente físicamente fallecido, pero que siempre vivirá en el corazón de miles de seres humanos y en la historia de Guatemala, el ciudadano togado, político revolucionario y humanista solidario, Ernesto Capuano del Vecchio y de mí, pero por falta de espacio, no pude terminar la relación de mi vida de trabajo, que la doy a conocer especialmente para mis nietos y bisnietos. Ya relaté mis quehaceres como servidor del Estado, en Guatemala, y en otros de Nuestra América, así como diversas labores realizadas por mí. Pero, me faltó decir lo siguiente:
Sin remuneración pecuniaria alguna he prestado servicios de asesoría y dictado charlas, conferencias, escrito ensayos y realizado otros quehaceres en partidos políticos, organizaciones sociales, sindicatos de trabajadores, universidades y escuelas de educación, comunidades indígenas, a grupos de jóvenes y personas jubiladas. También he sido columnista de la Revista Alero, de la Universidad de San Carlos y del Diario La Hora, hasta la fecha y de los boletines y revistas del IIES. He escrito, al menos diez libros sobre problemas nacionales e históricos de Guatemala, y nunca inicié trámites para obtener derecho de autor. Ejercí la Presidencia del Colegio de Abogados de Guatemala y fui fundador y miembro activo de la Unión de Juristas de Cuba.
En homenaje a la mujer guatemalteca debo reconocer el valioso apoyo de mis esposas a la labor desempeñada por mí: Yolanda España Zirión ( ), María Teresa López Carrillo ( ) y Miriam Colón Arriaga. A la querida descendencia mía, no les oculto que durante varias décadas compartí trabajo con gozosa, aunque irresponsable vida de bohemia. Sin embargo, si fuese árabe podría morir ya tranquilo, porque en el transcurso de mi prolongada existencia tuve más de un hijo, sembré más de un árbol y escrito más de un libro.
A continuación quiero agradecer las muchas demostraciones de afecto de familiares, amigos y ciudadanas y ciudadanos, así como de asociaciones y grupos sociales, con motivo de haber arribado el 29 de abril pasado a mis noventa años de edad.
Desde ya pido disculpas a quienes no mencioné por sus nombres, porque me fue imposible identificar a tantas personas cariñosas, o no tuve conocimiento de sus cordiales felicitaciones.
Las demostraciones amistosas comenzaron desde fines del mes de marzo, así:
El 27/ 3/ 08, INFORPRESS sacó la Segunda Edición de mi libro «Cómo Opera el Capital Yanqui en Centro América (el caso de Guatemala)», y la Dirección General de Extensión UniversitariaGrupo Universitario Iximulew -a iniciativa del Dr. en Sociología Jorge Murga, se efectuó un Coloquio alrededor de esa obra mía, en la que participamos Manuel Hernández Jolón, Tristán Melendreras, yo y el Dr. Murga.
El día 8 de abril, el profesor Tristán Melendreras, me presentó a sus alumnos de la Universidad Rafael Landívar, con el objeto que tuviéramos un conversatorio sobre la Revolución del 20 de Octubre de 1944.
El 16 de abril los organizadores del ler. Encuentro Universitario Centroamericano contra el Neoliberalismo, entre ellos los académicos Mario Rodríguez y Jorge Díaz, a Margarita Carrera, Carlos González Orellana y a mí, se nos rindió un homenaje en reconocimiento a nuestras actividades universitarias.
El 12/4/08, la Asociación para el Desarrollo Económico, Social e Integral de Guatemala (APADESIG). (por medio de los universitarios Tristán Melendreras, Rosy de Melendreras, Ramiro Ramírez. Edna de Ramírez, Romeo Guevara, Rosy de Guevara, Roberto Romero, Roxy de Romero, Rafael Piedrasanta Arandi, Wilfredo Valenzuela, Gladis Baily y mi esposa Miriam Colón ) me honró con un precioso repujado del antiguo edificio de la Facultad de Derecho, ahora Musac, artísticamente elaborado por Edna de Ramírez.
El 20/ 4/ 08 con motivo de mi próximo cumpleaños, los siguientes amigos me invitaron a un desayuno: Dr. Jorge Santiago Santa Cruz, ex insurgente de ORPA, Dr. Octavio Aguilar, Ing. Jorge Fuentes Aqueche y Miguel Morales.
El 25/ 4/ 08, el cineasta alemán Uli Steltzer, realizador del film Testamento, cuyo argumento es mi vida, tanto familiar, como política y social, organizó un acto en el antiguo edificio de Correos (7a. Av. y 12 C. Z1), que denominó «Encuentro con Alfonso Bauer Paiz, por motivo de sus 90 años, diálogo abierto con él».
(Continuará)