Cuando los candidatos que obtuvieron el mayor número de votos se afanan por conseguir apoyos y establecer alianzas, para el ciudadano ajeno a las componendas y arreglos que hacen los dirigentes de partidos en negociaciones que terminan con posiciones de gobierno, es fundamental que se hagan públicos dos listados cuya integración al final de cuentas es crucial para el futuro del país.
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El primer listado, por el cual hemos estado esperando hace mucho tiempo, es el de quienes han aportado dinero para la campaña electoral tanto de Lider como del Partido Patriota, puesto que tomando en cuenta los antecedentes y la forma en que sucesivos gobiernos se han puesto al servicio de sus financistas mandando al chorizo el supuesto mandato popular hace que sea un imperativo conocer esta vez quiénes serán los amos del país y al servicio de quiénes va a estar todo el aparato del Estado. Los partidos presentan listas falseadas de sus financistas y el eterno argumento es que por razones de seguridad y para evitar secuestros no se divulgan los nombres, como si la riqueza estuviera oculta y en el país nadie supiera quiénes son los meros tatascanes.
El segundo listado que se tiene que conocer antes de la fecha para elegir en segunda vuelta es el de los que conformarán el equipo de trabajo del gobierno, empezando por ministros y secretarios para llegar a los responsables de importantes áreas de la administración pública en direcciones generales o entidades descentralizadas. Hace cuatro años nadie se preocupó por pedirle a Colom o a Pérez Molina que explicarán quiénes serían responsables de compartir con ellos el esfuerzo y cuando el actual Presidente asumió puso a un gabinete incoloro en el que se han sucedido los cambios. Tampoco se explicó en ese momento que habría un cogobierno entre el Presidente y su esposa y que ésta, al fin de cuentas, llevaría las riendas y sería la encargada de expulsar del equipo a los que no se pusieran a su disposición.
El éxito o fracaso de un gobierno depende fundamentalmente del liderazgo y capacidad del Presidente, pero también de la calidad y honestidad de quienes le rodean. Por ello es que requerir a los candidatos que nos digan quién estará a cargo, por ejemplo, del área de seguridad nos puede dar una idea de cuál será la orientación del régimen. El ideal sería que la seguridad se implemente con acciones preventivas en el marco de la ley y la certeza del castigo mediante el fin de la impunidad, pero siempre ha sido muy grande la tentación de recurrir a medidas como la mal llamada limpieza social que en algunos gobiernos se ha usado para ir eliminando a los reales o supuestos delincuentes sin pasarle chibola a un sistema de justicia devaluado y desprestigiado.
Lo mismo podemos decir del tema financiero, puesto que el futuro Ministro de Finanzas tendrá serias dificultades para cumplir con las obligaciones fiscales y desde ya tendríamos que saber quiénes conformarán el equipo que tendrá la responsabilidad de administrar la crisis financiera ineludible, puesto que en la medida en que han crecido los gastos y la inversión pública también se incrementa un agujero que será difícil de llenar.
Y qué decir del sistema de Salud en donde generalmente ha operado una estructura basada más en el criterio de manejar el negocio de la compra de medicinas que en el de atender las necesidades de la población. Hace muchos años que las políticas públicas están condicionadas para satisfacer a los financistas sin pensar jamás en la gente y por ello ministros como los de Comunicaciones y Energía, para citar a los más conspicuos, siempre son los ejecutores del tráfico de influencias. En fin, por lo menos que nos dejen saber quiénes serán los encargados de seguir con el reparto.