Dos estilos y una rivalidad universal


Kobe Bryant, estrella de los Lakers, intenta un disparo en la serie contra los Suns. FOTO LA HORA: AFP Christian Petersen

Fue Larry Bird contra Magic Johnson y Abdul-Jabbar, es Kobe Bryant contra Paul Pierce, el Este contra el Oeste, la imagen glamorosa contra la austeridad por bandera, el verde contra el amarillo, el frí­o contra el calor, Los íngeles contra Boston, la final de las finales, una rivalidad universal al estilo de los Yankees contra los Red Sox en béisbol, la panacea de la NBA, el no va más del baloncesto. El asunto, al mejor de siete partidos, empieza el próximo jueves en el Staples Center, ya que los Lakers afrontan el duelo con ventaja de campo en una final que se juega con el formato 2-3-2, es decir, dos partidos en Los íngeles, tres en Boston y los dos últimos, de ser necesarios, de nuevo en Los íngeles.


Paul Pierce, conductor de los Celtics, celebra una anotación frente a los Orlando Magic. FOTO LA HORA: AFP

Los Lakers son los campeones y han acabado sacando punta de su portentoso equipo tras dar cuenta de Oklahoma, Utah y Phoenix (4-2, con el último triunfo por 103-111); los Celtics, tras una temporada en el purgatorio, han recuperado su ferocidad y eficacia defensiva y la calidad y el oficio de Pierce, Garnett y Ray Allen, ventilados por el dinamismo y la inteligencia de Rajon Rondo. Han eliminado a los Miami de Wade, y pese a tener el factor cancha en contra, a los Cleveland de LeBron James y a los Orlando de Dwight Howard.

Hace dos años se produjo el duelo entre Boston y Lakers. Los verdes ganaron su 17º tí­tulo en una final a la que Pau Gasol llegó en malas condiciones fí­sicas. En la mente de los Lakers continúa aquel episodio, aunque un año después conquistaron el 15º anillo para la franquicia, el primero del pí­vot español. «Vamos a ver cuánto hemos crecido. Los Celtics nos encararon extremadamente bien en aquella final. Ahora es una prueba para ver cuánto hemos crecido», dice Kobe Bryant, la estrella en estado de gracia de los Lakers, el hombre que anotó 37 puntos en el sexto partido de la serie en Phoenix y dejó patidifuso a Alvin Gentry. El técnico de los Suns soltó: «Â¿Era Kobe o era Michael Jordan? No podrí­a decir la diferencia. Fue una actuación grandiosa. Hicimos todo lo posible para frenar al mejor jugador de baloncesto, un asesino». Kobe, como Pau, como Odom, como todos los Lakers que participaron en la final de hace dos años, tienen clavada la espina que dejó aquel último partido en que perdieron por 131-92 en Boston y que decantó la balanza para los Celtics. «Fue una experiencia aleccionadora, por la intensidad defensiva con la que jugaron y por su tenacidad», reconoce Kobe Bryant. Desde aquel tremendo pinchazo, los Lakers han ganado los siete cruces que han disputado en los playoffs.

Los Celtics han pasado por algunos baches en la fase regular, en la que sumaron 50 victorias, siete menos que los Lakers. Con el formato 2-3-2 que rige desde 1985, los equipos con ventaja de cancha han ganado en 19 de las 25 finales, aunque los Celtics han vencido en cinco encuentros lejos de Boston en estos playoffs, mientras que los Lakers han ganado los ocho que han disputado en el Staples Center. A lo largo de la historia, el dominio de los Celtics es tremebundo en los enfrentamientos directos porque han ganado nueve de las once finales que le han enfrentado a los Lakers. Doc Rivers, el entrenador de los Celtics, se atiene a un dato: la pasada temporada Garnett no pudo jugar los playoffs debido a una lesión. «Con nuestro quinteto titular desde 2008 en la pista, nunca hemos perdido una eliminatoria por el tí­tulo», afirma un Rivers que hace dos temporadas le ganó la partida a Phil Jackson. El desafí­o del entrenador más laureado en la historia de la NBA con diez anillos será encontrar la forma de frenar a Rondo, defender con la misma intensidad y eficacia que los Celtics y lograr que los jugadores de banquillo estén a la altura, algo que ha sucedido muy pocas veces. Para Pau Gasol la oportunidad es tan única como lo vienen siendo unos últimos años en los que han enlazado la medalla de plata en Pekí­n, el anillo de la NBA y el tí­tulo en el Eurobasket.

Pau clama venganza


«Fue muy doloroso». Pau Gasol no se olvida de lo que ocurrió hace dos años, cuando, apenas cinco meses después de llegar a los Lakers, los Boston Celtics infligí­an una durí­sima derrota a su equipo en las Finales de la NBA.

«Es un sentimiento que quiero tener en mi cabeza cada minuto que esté ahí­ fuera jugando contra ellos. Voy a jugar recordándolo», declaraba Pau Gasol a la prensa estadounidense.

La derrota de 2008 fue especialmente dolorosa para el español, que recibió duras crí­ticas incluso de su entrenador, Phil Jackson. Ahora, dos años después, Pau es otro jugador distinto, y las Finales también apuntan a otro desenlace.