Dos entregas literarias femeninas


Dos dí­as recién pasados fueron de gala, pues se realizó la entrega de trabajos literarios de dos cultas escritoras guatemaltecas, uno en memoria de doña Vicenta Laparra de la Cerda, gran mujer que nos legó un caudal de su fructí­fera producción literaria y que llenó todo un orbe en su época.

José Antonio Garcí­a Urrea

Doña Vicenta constituyó todo un acontecimiento en los medios escritos allá por los años 1,800 al contar en su producción literaria con poesí­a, dramaturgia y periodismo. Alrededor de su personalidad destacadas plumas nuestras han perfilado su quehacer exaltándola como mujer única dentro de estos géneros.

Con justicia se le llamó la «Poetisa Cautiva», porque como consecuencia del nacimiento de su octavo hijo sufrió una parálisis que la mantuvo casi por el resto de su vida confinada a una silla de ruedas, pero desde esa posición continuó su quehacer de escritora. También fue llamada la precursora del teatro guatemalteco por sus muchas piezas teatrales que escribió, siendo además la primera mujer periodista que por señalar errores cometidos por autoridades gubernamentales fue encarcelada, aunque por poco tiempo, pero ello no la amilanó en esa su lucha.

Con el apoyo de otras aguerridas mujeres fundó varios periódicos redactados por plumas femeninas.

El 25 de noviembre, de este año, en un acto singular se hizo entrega del libro, en su memoria titulado: «Tempestades del alma», acto que se efectuó a partir de las 18:00 horas en la Galerí­a Guatemala de la 6a. Avenida y 10a. Calle de la zona 9, acto para el cual giraron invitaciones la Asociación Cultural «Vicente Laparra de la Cerda», Fundación G&T Continental y la Hemeroteca Nacional «Licenciado Clemente Marroquí­n Rojas.

El otro acontecimiento cultural femenino correspondió a la entrega del libro: «Un ángel en el camino», de la también escritora y poetisa Lucy Aldaz, acto que se realizó el mismo dí­a 25 y a la misma hora en el salón principal del INGUAT.

Al respecto de este trabajo el licenciado Max Araujo en sus palabras liminares dice: … «mi pensamiento se perdí­a en el cielo gris y en las cascadas de agua que caí­an en el hermoso jardí­n-alameda que tengo frente a mis ojos en ese retazo de paisaje de Santa Catarina Pinula.» Y continúa: «con desgano busqué la novela que me envió Lucy y me dispuse a leerla. Hací­a unos dí­as que con compañeros del Movimiento Cuarto Mundo nos habí­amos comprometido a hablar sobre el problema del alcoholismo, porque algunas familias con las que se trabaja lo habí­an solicitado. Casualidad, premonición, no lo sé, el caso es que comencé a leer la novela de Lucy y me atrapó desde sus primeras lí­neas y no terminé de leerla hasta su final:»

Y continúa Araujo: «Ya tení­a de primera mano un material que compartir para la reunión con las familias, con los trabajadores en nuestro proyecto y así­ lo hice, porque el trabajo de Lucy, independientemente de sus calidades literarias y cuya crí­tica la harán los especialistas, yo preferí­ hacer esta confesión en la forma de palabras preliminares».

En realidad Un íngel en el camino debiera tener una difusión masiva y debiera figurar en las bibliotecas de todos los Grupos de Alcohólicos Anónimos.

íTEM MíS: Mis sentidas condolencias a la familia Marroquí­n, por el sensible deceso de Marinita.