Dos años en el cargo


Aniversario. Condoleezza Rice (2ª derecha), secretaria de Estado, junto a las altas autoridades de Estados Unidos. Rice cumple en estos dí­as dos años en ese puesto.

Condoleezza Rice cumple sus primeros dos años como secretaria de Estado norteamericana con pocos éxitos diplomáticos que resalten sus esfuerzos y pocos signos de que planea modificar el curso para mejorar sus logros.


Además, al llegar 2007, la ex académica de 52 años debe estar en la primera lí­nea en los últimos dos años del gobierno del presidente George W. Bush.

Ella se ha visto opacada por largo tiempo por su rival entre los asistentes de Bush, el ex secretario de Defensa Donald Rumsfeld.

Y el gobierno de Bush está bajo presión por todos lados para usar más diplomacia y menos bravata, un cambio que deberí­a colocar a Rice en el epicentro de la toma de decisiones.

Pero desde que asumió como la jefa de la diplomacia estadounidense el 26 de enero de 2005 con una agenda para promover la libertad y democracia en el planeta, Rice se ha visto ensombrecida por el fracaso de los planes en su mayor desafí­o: Irak.

La violencia en Irak y el rechazo del gobierno de Bush a invitar a sus rivales Siria e Irán a los esfuerzos para estabilizar el paí­s, son ampliamente criticados como un gran fracaso de la polí­tica estadounidense en el Medio Oriente, donde Lí­bano está al borde de la guerra civil y languidecen los esfuerzos de paz entre Israel y los palestinos.

Por otro lado, su actividad como trotamundos — con 37 giras al exterior que totalizan unos 800 mil kilómetros — le ha valido pocos éxitos concretos a Rice, con sus pocas victorias diplomáticas opacadas por pocos o ningún resultado.

Una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que impuso sanciones sobre Corea del Norte luego de que detonó su primer artefacto nuclear en octubre fue uno de sus mayores éxitos, al lograr una votación con inusual rapidez y la valiosa cooperación de China, por largo tiempo reacia a castigar al estado estalinista.

Las sanciones y la presión china lograron forzar a Corea del Norte a retornar a las negociaciones de desarme este mes.

Pero las conversaciones de cinco dí­as culminaron en un estancamiento y los diplomáticos estadounidenses admiten que no hay indicios reales de que Pyongyang pretenda renunciar a su equipamiento nuclear.

Rice también tuvo éxito al presionar por una resolución de la ONU que impuso sanciones a Irán por su sospechoso programa nuclear.

Pero la medida fue aprobada recién luego de cinco meses de discusiones con Rusia y China por el paquete de sanciones y hay pocas perspectivas de que Washington sea capaz de obtener medidas más duras que casi ciertamente se necesitan para forzar a Irán a recapacitar.

Los esfuerzos para detener lo que Washington ha calificado como genocidio en la región sudanesa de Darfur no han sido mejores, con el gobierno del presidente Omar al-Beshir desafiando las demandas respaldadas por Estados Unidos para desplegar una fuerza de paz de la ONU que ponga fin a casi cuatro años de limpieza étnica.

Y más recientemente en Somalia, el débil apoyo de Estados Unidos para las negociaciones sobre un acuerdo para compartir el poder entre el gobierno provisional apoyado por Occidente y la milicia islamista dejó la puerta abierta para una ofensiva de Etiopí­a, un aliado norteamericano, que está empujando al paí­s hacia una guerra civil.

Los expertos en polí­tica exterior estadounidense dicen que Rice carga gran parte de la culpa por la deslucida diplomacia.

«Los grandes secretarios de Estado tienen acertadas visiones del mundo y/o son eficientes negociadores; la secretaria Rice no ha mostrado hasta ahora ninguna (de las dos condiciones)», dijo Aaron Miller, quien asesoró a seis secretarios de Estado antes de unirse al centro de estudios Woodrow Wilson en Washington.

Incluso sus más firmes partidarios reconocen que Rice, abrumada por el fracaso de la polí­tica en Irak, tiene pocos logros que mostrar de su gestión hasta ahora.

«No sé que haya habido avances concretos» bajo la diplomacia de Rice, dijo Joshua Muravchik, del conservador American Enterprise Institute, aunque sin embargo le concede «buenas calificaciones» por implementar fielmente la agenda polí­tica de Bush.

Los analistas creen que progresos para poner fin al interminable conflicto en el Medio Oriente podrí­an ser suficientes para salvar la reputación diplomática de Rice.

«Es lo único que podrí­a hacerla una eficiente y exitosa secretaria», dijo Miller.