“Donde hay inconformidad social, donde hay conflictividad, hay que atenderla”


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La Unión Europea (UE) recibió hoy el Premio Nobel de la Paz, que reconoce las más de seis décadas de contribución al progreso de la paz y la reconciliación, la democracia y los derechos humanos. La embajadora de la UE en Guatemala, Stella Zervoudaki, habló con La Hora referente a la coyuntura actual, las soluciones que buscan para la crisis y la confianza de que Europa saldrá fortalecida de la misma.

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POR REGINA PÉREZ
rperez@lahora.com.gt

¿Qué significa para la Unión Europea el otorgamiento del Premio Nobel de la Paz?
Este Premio Nobel significa tres grandes cosas. Primero, un reconocimiento de los logros extraordinarios que ha obtenido la UE, sus dirigentes políticos y sus ciudadanos en los últimos 60 años, que pudieron obtener una paz profunda y una reconciliación verdadera entre los pueblos. En este momento están en un proyecto, donde conjuntamente tratan de resolver los problemas; en la psique de Europa; la guerra ya no es una posibilidad. Es un reconocimiento de todo lo que se logró hasta ahora. También es un llamado de que, a pesar de la crisis, Europa sigue siendo un actor importante, sigue siendo un proyecto al que varios países todavía están tocando la puerta para entrar y ser socios. En el futuro, este Nobel de la Paz será un llamado tanto a los dirigentes y a los ciudadanos de retomar los valores fundamentales que son la paz, la equidad, la solidaridad, y los derechos humanos para poder salir de la crisis y estar a la altura del proyecto inicial. Es un orgullo, por lo que se realizó y un llamado de que seguimos siendo importantes a pesar de la crisis, pero más que nada, una invitación de recordarnos de los principios de base y una invitación a los dirigentes para mostrar una visión política, una innovación para seguir avanzando en el futuro y un llamado a los ciudadanos para seguir construyendo y fortaleciendo lo que se creó.

La UE recibe el Nobel de la Paz en medio de una crisis financiera en varias naciones de Europa y en medio de un descontento ciudadano por los rectores financieros que han significado golpes dramáticos para el bienestar social ¿Qué análisis hace de la coyuntura?
Europa está atravesando una de las mayores crisis de su historia. Hay algunos pensadores que comparan la crisis actual de Europa a la crisis que vivió entre las dos guerras. No hay que disminuir el alcance de la crisis. Ahora bien, es muy importante que la UE para salir de la crisis se acuerde de las bases fundamentales del proyecto ¿Cuáles fueron estas bases fundamentales del proyecto? La construcción europea no se hizo en un día. Se hizo paso a paso, etapa por etapa y con proyectos de solidaridad concreta. ¿Qué hicieron los fundadores? Pusieron las producciones de acero y de carbón juntas para que no haya guerra. Después de esta primera unión de dos producciones importantes se creó el mercado único común. Después se pasó a una profundización de la unión política con el primer sufragio universal de los eurodiputados. Después se creó la política común exterior. ¿Cómo podrá salir la UE de la crisis? Primero, efectivamente, tenemos que asegurarnos que no se caiga nuestro sistema financiero. Hay que fortalecer el euro, es evidente. Hay que fortalecer la gobernanza europea económica. Al mismo tiempo en este momento tenemos que acompañar a los ciudadanos a través de las difíciles reformas estructurales que tienen que hacer, explicándoles por qué se hacen, qué se va a lograr en el futuro para eso y asegurarnos que los sacrificios que están haciendo en este momento son para su futuro y el futuro de sus hijos. Al mismo tiempo tenemos que tener programas -y los estamos creando-, de solidaridad inmediata para que en este momento de la transición nadie se quede atrás. Fortalecer las políticas de empleo, al mismo tiempo que fortalecemos la gobernanza económica, fortalecemos el sistema bancario europeo y la gobernanza del euro. Es verdad que los ciudadanos europeos en este momento están atravesando una serie de reformas estructurales muy complicadas.

Informes dicen que desde el inicio de la crisis financiera, niños en España dejaron de comer, aumentaron los suicidios en Grecia y muchos portugueses tuvieron que migrar fuera de su país para buscar oportunidades. ¿Es posible que los europeos vivan en “paz” bajo esas condiciones”?
Europa vive en paz. En el sentido de que por suerte no estamos volviendo a un clima donde, por ejemplo, los españoles van a acusar a Francia. Ahora lo que usted ha dicho es cierto. Hay situaciones sociales difíciles en Europa en este momento. Por suerte yo creo que hay acciones urgentes que se están adoptando para subsanar estas carencias que se han creado. En este momento la UE está poniendo en marcha un sistema donde no solamente se crean empleos, sino que también se dan a conocer empleos que están vacíos en otros países. Era muy difícil que un europeo saliera de España para ir a Alemania, o a los países nórdicos. Porque es verdad también que la crisis europea no afecta de la misma manera a todos los países. Hay países en este momento donde hay vacíos de empleo que no saben cómo llenarlos. Y en esto estamos trabajando en este momento. Primero, para dar a conocer todos los empleos que existen en Europa, para que el europeo pueda activar la modalidad interna y efectivamente crear empleos en los países donde hay desempleo. En este momento lo que está claro es que aunque la guerra no está en la agenda si queremos mantener la paz profunda, la paz donde los ciudadanos se consideran partícipes; porque la paz no es la falta de guerra, la paz es también la equidad, la prosperidad de los ciudadanos, que sus derechos sean respetados. Y uno de los derechos es efectivamente el derecho al empleo, el derecho a un empleo digno, el derecho a la oportunidad. Sí, en este momento es muy importante dar de nuevo esta seguridad al ciudadano europeo que sí habrá oportunidades. Si queremos que la paz profunda tal como la hemos conocido en las últimas décadas reviva.

Las reacciones de los Gobiernos hacia las manifestaciones de ciudadanos descontentos han sido represivas en muchas ocasiones. ¿Estas manifestaciones podrían considerarse como una prueba de fuego para las democracias europeas?
No tanto para la democracia, pero sí creo que todas estas manifestaciones son un llamado a la atención seria. Donde hay inconformidad social, donde hay conflictividad, hay que atenderla, para mí eso es un llamado que ninguna democracia tiene que tomarlo por hecho.

La democracia es un esfuerzo cotidiano y la UE lo tiene muy claro. Hay que tener mucho cuidado porque si hay segmentos de la ciudadanía que se sienten excluidos, que se sienten traicionados, los países no pueden avanzar. Es un llamado de atención fuerte y nosotros lo tomamos muy en serio. No hay democracia irreversible, no hay paz irreversible. Y quizás, para mí la paz, como ustedes bien lo han dicho, no es solamente la falta de guerra, esa es una definición negativa. La verdadera paz es la paz entre la ciudadanía y la jerarquía política. La verdadera democracia es cuando hay una equidad en las oportunidades, donde no hay exclusión. Si en este momento vemos que hay grandes segmentos de la sociedad que se sienten excluidos o no ven la razón de todo lo que pasa, es un llamado urgente en este momento de atender este descontento.

También han surgido críticas a la entrega del Premio a la UE de otros Premios Nobel que consideran, por ejemplo, que la UE no es uno de los “campeones de la paz” y que ve con buenos ojos “la seguridad basada en la fuerza militar y el librar guerras en lugar de insistir en estrategias alternas. ¿Cuál es la posición de la UE a estas críticas?
Primero lo que diría es que cada uno es libre de expresar una crítica y no corresponde a mí ni la Unión Europea cuestionar la decisión de un Comité que elige un Premio Nobel de la Paz. Ahora bien diré lo siguiente: La UE, a mi entender, siempre fue una institución que siempre hizo un trabajo coherente para la paz. La UE, que yo sepa, nunca dijo a alguien “ustedes tienen que entrar en guerra”. Al contrario, se abrió a veces contrariamente a la postura pragmática de que la ampliación (de más países a la comunidad) quizás sería demasiado temprana. Hizo la opción de aceptar a países para promover la paz y demostrar después con solidaridad y con proyectos el camino de cómo podría integrarse más. Hizo eso con las ampliaciones al sur, hizo eso con las ampliaciones a los Balcanes, lo hace con los varios acuerdos de asociación que tiene con varios países en su vecindario, incluso con países muy lejanos. Mire el rol que la UE ha jugado en América Central con el proceso de San José para promover la paz. La UE no tiene unas fuerzas armadas propias. Lo que sí tiene es una política de defensa común, porque considera que, cuando hay lugares donde hay flagrantes violaciones a los derechos humanos tiene que defenderse y defender a sus socios. Pero yo digo, no hay que yo sepa, ningún actor de la paz que no cometió errores. Cometimos errores. Lo que pasó en Los Balcanes fue un error. No nos hemos dado cuenta, relativamente temprano, cómo manejar las cosas, pero sí creo fundamentalmente que los principios en que está basado el proyecto de la UE es el principio de la paz, de la equidad y de los derechos humanos.

En el nuevo panorama social europeo hay actores con poder de quienes se cuestiona su vocación pacifista, especialmente por sus agresiones hacia los migrantes. Un ejemplo lo constituyen los grupos de ultraderecha griegos y los skinheads de otras nacionales. ¿Cree que se trata de retrocesos para la integración de la región?
Cuando hay extremismo, xenofobia, que comienzan a aparecer en cualquier sociedad, eso sí es un peligro y un riesgo muy importante para la sociedad. Y de una cierta manera uno podría decir que es un retroceso porque estos fenómenos eran muy limitados y espero que en lo global sigan siendo muy limitados. Pero, repito, es un llamado de atención. En una democracia profunda no hay lugar para la xenofobia ni para el extremismo.

En cuanto a la proyección de la UE a nivel externo ¿Cuáles han sido los aportes más importantes al mundo y en especial a América y Guatemala?
Yo diría que el primer aporte que ha dado la UE al mundo es la pacificación de su propio continente; no hay que subestimarlo. Las dos guerras mundiales se dieron en el terreno de Europa. Se consiguió pacificar el continente y abrir una manera diferente de ver la oposición Este-Oeste. En este momento, por ejemplo, la última ampliación a los países del Este significa que en lugar del miedo hacia “los otros”, vino la colaboración con “los otros”. Es otra manera de ver a los otros. En lugar de la opresión, existe la democracia y el consenso. El segundo aporte es su política de desarrollo. La UE es el primer donante de la ayuda al desarrollo y es una política sin condicionalidades, sincronizada con las prioridades de los países y también con una meta muy importante. Las prioridades de la política de desarrollo son la justicia, la equidad de género, la equidad cultural, la equidad de oportunidades, los derechos humanos, la democracia y nosotros apoyamos los esfuerzos propios de los países que quieren salir hacia adelante. La ayuda humanitaria es otro aporte, con una visión muy propia de la UE; no tiene agenda política, lo que hace es apoyar a las poblaciones que son víctimas de conflicto sin tomar parte. Es independiente, apolítica, y absolutamente centrada al ser humano. Mantiene la agenda del cambio climático, un tema muy importante para el futuro del planeta y somos campeones en eso; quizás no somos perfectos, pero nosotros ponemos el debate. En la política exterior, por ejemplo, en Medio Oriente, yo diría el vecindario de la UE, estamos ahí. La UE, por su localización tiene conflictos por todos lados, por el Norte, por el Este, por el Sur, conflictos que no tienen soluciones rápidas, lo que se necesita es manejo, consenso, negociación, mediación y estamos ahí; toda la política de vecindario que tiene la UE es casi la misma hoja de ruta que la ampliación. También apoyamos a los socios estratégicos; un hecho histórico, el acuerdo de asociación entre América Central y la UE, es el primero entre regiones y hay que subrayarlo. Es una contribución al desarrollo, no solamente de un país, sino de una región entera, con el diálogo político, con el comercio, con las inversiones, pero también con la cooperación. En el ámbito de los derechos humanos somos una institución que tiene fondos concretos que damos para este tema, para poder fortalecer el sistema democrático. Tenemos misiones civiles, civiles-militares, más bien civiles por ahora, por ejemplo, contra la piratería en África. Yo diría que hay aportes concretos. Y como dije, lo más importante es que los socios nos invitan. Tenemos más invitaciones para participar en ámbitos de mediación, para participar en observaciones electorales, para ser mediadores neutros en varios conflictos. Yo creo que con todos estos instrumentos apoyamos. ¿Para Guatemala? En Guatemala hemos apoyado los acuerdos de paz, estamos apoyando los gobiernos sucesivos para monitorear los progresos y para profundizar la implementación de los Acuerdos de Paz.

¿Cuál es el apoyo que le da actualmente Guatemala y cuáles son los temas prioritarios?
Concretamente tenemos un gran proyecto en este momento en el ámbito de seguridad y de justicia, fortaleciendo la instancia coordinadora entre el sector justicia, el Ministerio Público, el Ministerio Gobernación y con la Policía Nacional Civil. Tenemos un gran proyecto que iniciará con la juventud, para el empleo juvenil. Nosotros pensamos que la juventud es el futuro y Guatemala es un país joven, esa es su riqueza. Es muy importante apoyar la creación y la consolidación de una política de empleo juvenil, porque la juventud es el futuro del país. Tenemos también un proyecto para apoyar la integración regional de Guatemala, concretamente en cómo podemos apoyar la política de calidad del país. Con el acuerdo existirá mercado, pero es importante apoyar la calidad de los productos para que puedan entrar. Apoyar las cooperativas, las asociaciones de productores pequeños para poder encontrar nichos de exportación, por ejemplo. Otro gran proyecto que tenemos es el desarrollo rural, que en este momento estamos diseñando con el gobierno para el sur del país, donde vamos a apoyar la agricultura familiar y los esfuerzos de los productores para generar ingresos alternativos con la agricultura de subsistencia pero también el manejo sostenible de los bosques de Guatemala. Al mismo tiempo estamos trabajando con el gobierno para programar los fondos de los próximos siete años y definiendo las áreas prioritarias que va a hacer la UE junto con los estados miembros. Y yo quisiera decir desde el principio de todo lo que logró la UE al interior de la UE y todo lo que está promoviendo en el mundo, lo hace conjuntamente con sus estados miembros. Y por último, en Guatemala estamos apoyando a la sociedad civil, para que sea un socio sólido para el Estado de Guatemala y para que apoye al Estado en varias cosas que sea al nivel más local. También apoyamos a las autoridades locales a partir de este año.

Con Guatemala trabajamos en tres niveles, el nivel intergubernamental, la UE y el gobierno de Guatemala, que conjuntamente decidimos las prioridades. Nosotros damos donaciones nada más -la UE no da préstamos-, pero Guatemala pone también sus contrapartidas. Tenemos el nivel “birregional”, Guatemala participa en los grandes proyectos regionales entre UE y América Latina, entre UE y CA, por ejemplo, el proyecto de seguridad regional donde Guatemala participa. Tenemos también la cooperación con la sociedad civil, los actores no estatales y los gobiernos locales. Tenemos tres niveles de cooperación y cada uno se complementa con el otro. Los dos primeros son plurianuales.

¿La UE tiene temas prioritarios?
En este momento la UE apoya los tres pactos. El primero es el de Hambre Cero; hemos previsto de los fondos del período pasado, 40 millones de euros, unos Q400 millones de quetzales, solo para este pacto. El segundo es el Pacto de Seguridad y Justicia, estamos apoyando, por ejemplo, el trabajo que hace la Fiscal General, el Ministerio de Gobernación, la CICIG –que el Presidente pidió su extensión-. Al mismo tiempo complementamos el trabajo con lo que hacen los Estados miembros y que tienen también cooperación bilateral. Es muy importante la cooperación bilateral y gubernamental que tienen los Estados miembros con Guatemala. Por ejemplo, Alemania, interviene mucho en el ámbito de educación y la salud, España en el ámbito de agua y saneamiento y en el ámbito del fortalecimiento de justicia y de seguridad. Suecia interviene también en el medio ambiente, en los derechos humanos y la sociedad civil. Y yo diría que es muy importante también que trabajemos en esos tres niveles: Gobierno, autoridades locales y sociedad civil. Solamente cuando hay una sociedad civil fuerte, capaz de dialogar, capaz de hacer propuestas y capaz de proteger los derechos humanos, un país puede progresar. Nosotros tenemos exactamente el mismo modelo de desarrollo que estamos promoviendo conjuntamente con los gobiernos socios al exterior de la UE.

Los problemas financieros han puesto con un pie fuera de la eurozona a algunos países. ¿Cree que los problemas que surgen en el área de la moneda común pueden reconfigurar a la UE?
En este momento lo que la UE trata de hacer es fortalecer el euro. Para fortalecer el euro los países tienen que fortalecer la gobernanza económica del euro. Al mismo tiempo todo esto se complementa con la estrategia de crecimiento 2020, que  tiene una serie de iniciativas para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Porque nosotros lo hemos dicho: si los ciudadanos no se sienten partícipes en este proyecto, no vamos a poder jamás a tener éxito. Hay que hacer las dos cosas al mismo tiempo, la gobernabilidad del euro, salvar el sistema financiero y la gobernabilidad económica de la UE y al mismo tiempo trabajar para el empleo, la innovación y los ciudadanos. Yo creo que al final de análisis, de toda esta crisis, la UE va a salir fortalecida.

¿Por qué es necesaria la transparencia en los gobiernos y sociedades?
Yo diría que cuando no hay transparencia la primera cosa que se pierde es el pacto de confianza entre el ciudadano y sus dirigentes y el Estado. Pero la base del crecimiento de un país es este pacto de confianza entre Estado y ciudadanía. Entonces si se pierde este pacto de confianza, la ciudadanía va por un lado, el Estado va por otro lado ¿Cómo se podrá entonces progresar? Y yo diría una cosa, si no hay transparencia y si no hay este pacto de confianza, puesto de una manera negativa, hay más que nada una percepción de corrupción, hay una percepción de doble objetivo o de doble lenguaje. La corrupción es el cáncer de una sociedad porque una sociedad para progresar necesita una brújula ética, una brújula de reglas claras y objetivos claros. La ciudadanía debe saber si algo es correcto o no. Y la única institución que muestra lo que es correcto o no es correcto -a nivel de la conciencia, es la conciencia de uno, la religión de uno, las creencias de uno- es el Estado y sus instituciones. La ciudadanía tiene que saber qué es correcto y no es correcto y el primero que da el ejemplo es el Estado. Por eso es que la transparencia es tan importante. Una cosa es tener opiniones diferentes, de conflictos de interés, de la divergencia de opiniones, es un hecho de la vida, eso no es un problema. Una sociedad puede vivir con conflictos de intereses, con opiniones divergentes si hay diálogo. Pero en lo que sí una sociedad no puede progresar es si no hay transparencia en las decisiones, en la implementación de las decisiones. Ahí es un cáncer.

¿Cómo se vislumbra el futuro de la UE?
Yo veo un futuro de la UE positivo, que la crisis la va a fortalecer. La UE sigue siendo la primera economía del mundo. Por ejemplo, tenemos 500 millones de habitantes, con un PIB per cápita de 25 mil euros, uno de los más altos. La economía global de la UE es de más de 12 trillones de euros. El único país del mundo en este momento que está al lado de nosotros es Estados Unidos, que tienen 11.3. La economía global de China es 4.6 trillones de euros, lo que representa un tercio y Japón 4.2. Entonces, con todo lo que se habla seguimos siendo la economía más importante. Pero eso no alcanza, miremos un poco los fundamentos económicos. En este momento si uno toma como criterio las 500 empresas más fuertes, -porque las empresas son el motor de economía en cualquier lugar del mundo- en el Fortune 500, de las 500, 135 son europeas, 132 americanas y 75 chinas. Esas empresas están ahí, creando riqueza y empleo. En el Índice de Competitividad del Foro Económico Mundial, 10 de los primeros países, cinco son europeos. En el índice de innovación, 6 de los países dentro de los primeros diez, son europeos. Entonces, la base real de la economía, la competitividad de la empresa, la innovación, la capacidad de crear empleos, son europeos. Entonces yo tengo fe. Eso no es para disminuir el problema, tenemos que fortalecer el sistema bancario europeo, tenemos que fortalecer la gobernanza económica de Europa y tenemos que fortalecer y acompañar a los ciudadanos para la próxima era. Hay que poner todo en cierta dimensión. La economía de base en Europa está sana. ¿Hay que hacer esfuerzos estructurales? Sí. ¿Hay que mostrar una vez más que la solidaridad interna de la UE funciona? Sí, hay que mostrarlo. ¿Hay que escuchar los llamados de atención, asegurarse que los ciudadanos comprenden, tomar conciencia de los problemas del extremismo, de la xenofobia, y tratar de encontrar soluciones? Sí. ¿Vamos a salir adelante? Sí.

“Cuando hay extremismo, xenofobia, que comienzan a aparecer en cualquier sociedad, eso sí es un peligro y un riesgo muy importante para la sociedad. Y de una cierta manera uno podría decir que es un retroceso porque estos fenómenos eran muy limitados y espero que en lo global sigan siendo muy limitados”.