“Donde hay humo hay fuego”


julio-donis

Se propaga como el humo, está en todos lados, pero no se puede atrapar del todo, solo se puede redirigir algunos de sus halos, no todos. El que recibe esos hilos de materia sugestiva, pero a la vez inmaterial, tampoco puede hacerlo suyo más que inflarlo con más humo y volverlo a redirigir a un nuevo receptor. Es como la miradas, son inmediatas algunas, y otras son furtivas y directas; pueden ser enfocadas hacia un objetivo y otras son hacia la nada aparentemente, son trances de un emisor ensimismado que deambula en otra dimensión.

Julio Donis


Pero todos se fijan en ellas, porque hay una razón de relevancia que solo se adivina, y hay enigma que resolver. Así sucesivamente de ojos en ojos, la mirada se detiene hasta que alguien lo revela o lo desmiente. Es el murmullo, la habladuría, cotilleo, enredo, cuento, comadreo, bola, peladero o simplemente chisme; el rumor es una forma de comunicación tan antigua como la especie humana misma y más vigente que nunca. El chisme florece en el huerto de la sociedad desinformada o despolitizada e insegura, es una bolita de lodo que al final de la cuesta en la que rodó, ha manchado a todos en su paso. Guatebola no es exclusiva de esta práctica, pues como se ve, esta hiedra se enreda en cualquier lugar donde haya un interés y un interesado en escucharla y reproducirla. Su entendimiento científico desde la psicología social tuvo importantes aportaciones con las investigaciones de Allport y Postman en la mitad del siglo pasado; ellos llegaron a sintetizar el rumor en una fórmula sencilla: el murmullo= importancia x ambigüedad. La aritmética del chisme implica necesariamente la existencia de ambos factores que son esenciales para la reproducción del mismo. Al inicio del actual Gobierno, circulaba en determinados ambientes la bola de una conspiración en el proyecto político del partido oficial, según el cual, varios generales militares retirados y de alta preparaban una reforma extrema al Estado que incluía cambios a la Constitución. A partir de esa información inicial, la madeja de lana dejó expuesto varios otros elementos que fueron agregados, sin embargo, como se ve, vaguedad y relevancia se cumplían para echar a andar esa bola de nieve. El rumor no es excepcional de la política, aunque hay que decir que es un arma eficaz en ese campo de batalla porque es recurso de contrapoder. En la familia, en la oficina, en el barrio, el chisme se disemina como un virus que crea falsas realidades e incertidumbre, conduce hasta la muerte.  El chisme siempre tiene un germen de verdad a partir del cual se le adhieren elementos de ficción y fantasía. El rumor nace de los que no tienen voz, pero también es utilizado por los que no quieren tenerla; es decir que puede albergar una demanda o un sórdido interés. Al ser un fenómeno de comunicación social, el rumor tiene su raíz en necesidades motivacionales humanas, insatisfacciones que se convierten en humor colectivo o en terribles distorsiones. Todas ellas, las motivaciones, son inexorablemente humanas y por lo tanto son factores subjetivos construidos por el cerebro humano. A mayor chisme suplantando la confrontación de la verdad, menos dignidad social. La informalidad del rumor le deja bajos niveles de confiabilidad, pero a la vez altos grados de seducción por su naturaleza emotiva subjetiva. ¿Es posible que un ciudadano informado pueda ser un agente democratizador en la sociedad chismosa? Donde aparece el humo hay fuego, ¿o no?