¿Dónde está la inteligencia?


Las noticias empiezan a develar la seriedad de la crisis alimentaria que se cierne sobre el mundo y, lógicamente, nos interesa lo que pase con nuestra pequeña Guatemala. Y así­, como si fuera un fenómeno telúrico que nos agarra por sorpresa, los datos acerca de ella se convierten en el espectro de una tragedia, que para variar, recaerá en la población más débil y expuesta, especialmente niños y ancianos.

Carlos E. Wer

Ello es penoso. Y es penoso por cuanto nuestros aparatos de inteligencia pareciera que solamente se dedicaran a encontrar disidentes en contra del gobierno de turno y nunca la exploración de los sucesos, que a nivel mundial ponen en riesgo y en peligro al paí­s. Porque la situación alimentaria no es de hoy que enfrenta problemas para producir alimento suficiente para la alimentación mundial. Los informes de la FAO han sido constantes en trasmitir la cada vez más precaria situación de la producción alimentaria del mundo y la necesidad de encontrar fórmulas que permitan aumentarla. También han sido claras las denuncias de los efectos que los Tratados de Libre Comercio han tenido sobre las economí­as nacionales. México es un claro ejemplo de cómo fueron destruyendo el sistema agrí­cola, lo que empujó a miles de mexicanos, de las anteriormente áreas de producción alimentaria a buscar un futuro alentador en la migración hacia los Estados Unidos.

A pesar de los esfuerzos de los organismos internacionales que se erigieron en instrumentos para saquear al mundo, de exculpar al Sistema Británico de Economí­a o de Libre Mercado, con el que pretendieron, como lo anunciaran Reagan y Bush padre (hijo de Preston Bush, uno de los banqueros que fianciaran el movimiento nazi de Adolf Hitler) ante el parlamento inglés en junio de 1982, el despegue del «Proyecto Democracia», con el que, a nombre de un supuesta democracia, controlarí­an el mundo con su «Nuevo Orden Mundial». El olvido intencional del pasado histórico de su propio paí­s, quien en las crisis económicas derivadas de la implementación de polí­ticas de libre mercado en 1822,1837, 1842 y 1857, tuvieron como antecedentes las grandes especulaciones de los cuatro perí­odos de 1817, 1836,1839 y 1856, empujaron al mundo al precipicio de la globalización. Hoy en un nueva repetición de la miseria, y el desempleo a que han empujado esas polí­ticas económicas, el mundo se encuentra ante la posibilidad de enfrentar, junto a la crisis económica una situación que supere a aquella que viviera el mundo en 1929-33.

Pero la oligarquí­a mundial y en mí­nima escala la criolla, no contempla ninguna posibilidad de permitir que las grandes mayorí­a de población del globo, eleven su nivel de vida y escapen de las terribles condiciones que ha provocado su inmensa capacidad de rapiña. Y en el sueño de restablecer el imperio, los torpes fortachones al servicio de la pérfida Albión diseñaron una «hoja de ruta», con la que cumplirí­an sus objetivos. Y así­, a finales del siglo pasado elaboraban lo que se convirtiera en polí­tica oficial del gobierno del aguado de Jimmy Carter: Global 2000, con el que con todo el descaro que les es propio, anunciaran sus objetivos de reducción poblacional del mundo, para poder utilizar los recurso naturales que «desperdician» los paí­ses tercermundistas y que ellos necesitan para garantizar su desarrollo. Esta polí­tica quedaba asentada en el famoso Memorando de Seguridad Nacional 200 (MSN200) tantas veces denunciado por esta columna.

La crisis económica que creyeron y pretendieron «taparla» con el muro de dinero Keynesiano no fue suficiente para detener el colapso que iniciara Nixon en los 70´s, en su afán de saquear las riquezas del mundo. Y este ha visto con sorpresa como la enorme infraestructura económica creada empieza a derrumbarse. Consientes de ello tratan aún de encontrar en la «hoja de ruta», respuestas que les permitan mantenerse. Y al Gore, quien estuviera vinculado a la mafia rusa y quien fuera corresponsable de la quiebra del Long Term Managment a través del uso de los KGO rusos, se encargó de sorprender al mundo con la amenaza del Calentamiento Global. Otro instrumento geopolí­tico al que lo empujaron a convertirlo en legislaciones que en función de esa amenaza, limita la posibilidad, especialmente de los paí­ses emergentes, de mantener su ritmo de desarrollo. Ante el enorme apoyo prestado al Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climatológico (IPCC), la contraparte que señalara cientí­ficamente el fraude de esta organización mediante un análisis concienzudo de 175 estudios cientí­ficos, quienes denunciaron, que ante el calentamiento real producido por reacciones solares cí­cilicas, ignoraron por completo las mediciones cuidadosas y sistemáticas de algunas de las personalidades más famosas de la quí­mica fí­sica, entre ellas varios premios Nobel.

La triste realidad es otra. (Continuará)