Dolor e indignación por crimen de las tres niñas en San Lucas


Los cadáveres de las tres niñas asesinadas ayer son velados en la Iglesia de Dios Evangelio Completo, en San Lucas Sacatepéquez.

Dolor e indignación se vive en la Aldea Chicamán, en San Lucas Sacatepéquez, tras el asesinato de tres niñas, ví­ctimas de un hombre que aparentemente comete fechorí­as en el lugar y quien hace un mes, asaltó a la madre de las pequeñas; la policí­a montó varios operativos en el sector para dar con el responsable.

Mariela Castañon
lahora@lahora.com.gt

La progenitora de las pequeñas dijo entre sollozos sentir un profundo dolor por lo acontecido, pues sus pequeñas eran personas incapaces de hacerle daño a alguien, «no merecí­an la muerte», afirmó la fémina.

Según dieron a conocer vecinos y familiares de las menores, hace un mes la madre de las hermanas Suruy Socoret, de 12, 8 y 7 años, fue ví­ctima de un asalto por un hombre apodado El Coche, quien notó cuando la mayor de las pequeñas fue testigo de lo que le sucedió a su madre.

Tras ese suceso, el hombre amenazó a Wendy Josselin, de 12 años, y prometió matarla; ella dijo esto a su madre, sin embargo, ella pensó, la amenaza no se concretarí­a, pero terminó con el lamentable asesinato.

La Policí­a Nacional Civil (PNC) y el Ministerio Público (MP) hicieron varios allanamientos en ese sector, para dar con el paradero del presunto asesino.

Reacciones

Tras el asesinato del abogado Rodrigo Rosenberg, se concentraron multitudinarias protestas y sobresalió todo tipo de reacciones, esta vez, pocos se han expresado respecto al crimen de las tres niñas asesinadas brutalmente.

La Hora intentó, sin éxito, obtener la reacción de aquellas caras visibles que formaron la marea blanca en la plaza Italia rechazando la muerte del licenciado Rodrigo Rosenberg Marzano, entre ellos se trató de contactar a Luis Pedro ílvarez Morales, portador de 30 mil firmas, pero fue imposible.

También con Marjorie Bassi de León, quien en el Congreso de la República dijo ser hermana y socia de Khalil Musa, quien acompañó a los encamisados de blanco y a los movimientos sin nombre y un joven más, pero tampoco contestó su teléfono para obtener su pronunciamiento por la muerte de las tres niñas.

Juan Alfaro, secretario general de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), persona clave durante la organización de las marchas multitudinarias a favor del presidente Colom y allegados en la Plaza de la Constitución, se limitó a opinar que «cualquier guatemalteco que muera, nuestro respeto como partido polí­tico, es el mismo».

Alfaro culpó de la violencia a las fuerzas oscurantistas que siembran zozobra entre la población, «ellos quieren mantener el pánico y eso es lo que se vivió en los años 80», destacó.

A la pregunta si esas tres niñas merecerí­an una manifestación pública de rechazo, dijo: «Ya el presidente (Colom) fue claro que con manifestación no se va a resolver la parte toral del paí­s; aquí­ se va a resolver con la unidad de los guatemaltecos», dijo con seguridad.