Dólar débil, un riesgo


El debilitamiento del dólar crea un dilema para las autoridades estadounidenses, que procuran asistir esa economí­a sin recortar la confianza existente en el billete verde, estiman los analistas.


El billete verde coqueteó esta semana con su nivel más bajo del año frente al euro y desde hace diez meses frente al yen, minado por los temores sobre el déficit de Estados Unidos y por la reducción de las tasas de interés, que hacen poco atractiva a la divisa.

Y también padeció de su estatus de valor refugio, ya que ante las primeras señales de recuperación económica los operadores lo abandonan en favor de materias primas y otras monedas.

Su caí­da reavivó las especulaciones sobre el fin de su utilización en los intercambios petroleros y amenaza su condición de moneda de reserva internacional.

De acuerdo a Donald Rataczak, economista de Morgan Keegan, la Reserva Federal (Fed) podrí­a tener que responder a las presiones a favor de un alza de las tasa directriz, actualmente entre cero y 0,25%, para ayudar a corregir los desequilibrios mundiales entre monedas.

Ciertos analistas consideran que las autoridades estadounidenses, a pesar de reiteradas declaraciones en favor de un «dólar fuerte», se contentan con ver debilitarse la divisa, porque esto sostiene las exportaciones.

Más aún cuando el riesgo de inflación es menor al de la deflación, según ellos.

No obstante, esta estrategia podrí­a volverse contra Estados Unidos si el dólar pierde la confianza de los inversores, lo que serí­a un nuevo golpe para el sistema financiero mundial.

Tres bancos centrales asiáticos ya comenzaron a intervenir para sostener el dólar, anotó Joseph Brusuelas, del sitio de análisis de Moody»s Economy.com.

Los comentarios del presidente de la Fed el jueves calmaron un poco las especulaciones y devolvieron algunas fuerzas al billete verde: Ben Bernanke dio a entender en efecto que iba a ajustar la polí­tica monetaria tan pronto como la economí­a mejore en forma satisfactoria.

«Mientras no haya un hundimiento súbito sino que sea un debilitamiento gradual, la Fed va probablemente a tomarse su tiempo y sacar provecho de las consecuencias positivas de un dólar débil», estimó no obstante Kathy Lien, de Global Forex Trading.

La polí­tica de tasa casi cero que la Fed mantiene desde diciembre pasado generó inquietudes sobre la utilización de la divisa estadounidense como la moneda de «carry-trade», una técnica especulativa que consiste en tomar del dólar e invertir en obligaciones soberanas de otros paí­ses remuneradas al 3% o más.

La situación dio lugar a «presiones considerables de parte de Japón, Francia, Alemania e Italia, que se inquietan por el rápido debilitamiento del dólar ya que dependen mucho de sus exportaciones», explicó Simon Johnson, ex economista en jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), ahora profesor en la Universidad MIT.

Pero para Johnson, un billete verde débil «es una suerte increí­ble para la administración (Barack) Obama», y es algo que podrí­a ayudar en la recuperación económica.

«Si el dólar queda débil o baja más, nuestros constructores de coches, de máquinas, de turbinas, van a recontratar pronto y vamos a tener por fin un crecimiento del empleo en medio de la recuperación», explicó.

Pero otros expertos consideran que los inconvenientes son mayores a las ventajas.

«La historia de los paí­ses que intentaron devaluar su moneda para alcanzar la prosperidad no es brillante. Una moneda débil en el tiempo termina por pedir tasas de interés más elevadas para atraer a los inversores, con el fin de alimentar el crecimiento y el empleo. Esto aporta también a la inflación por la ví­a de los intercambios comerciales «, previno Joseph Brusuelas.