El próximo domingo arribarán los connacionales que viven desde hace 24 años en Bolivia. Algunos decidieron quedarse.
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Doce de las 42 familias guatemaltecas radicadas en Bolivia, declinaron su intención de retornar a nuestro país.
El argumento que presentaron los connacionales radica en los deseos de sus descendientes, quienes los convencieron de quedarse en tierras sudamericanas.
Eduardo Aguirre, gerente de la Vicepresidencia, manifestó que en los años que vivieron en esa nación, formaron una familia.
La iglesia católica, quien proporcionó acompañamiento para la repatriación de los chapines, buscó convencerlos, pero la decisión fue quedarse a vivir en Bolivia.
El resto de las familias retornarán el próximo domingo a tierras guatemaltecas y aterrizarán en el aeropuerto Internacional Mundo Maya en Flores, Petén.
Se espera que lleguen a las siete de la mañana. Luego de los actos protocolarios y su chequeo migratorio serán transportados vía terrestre a la finca El Rosario, Livingston, Izabal.
El Fondo Nacional para la Paz (Fonapaz) compró el terreno de una extensión de 3 caballerías a un costo de un Q1.4 millones.
Se construyeron 30 viviendas para igual número de familias con los servicios básicos. Así como una escuela, un centro de salud y un salón comunal.
Según Aguirre, son 158 las personas las que emprenderán el vuelo de regreso a su país. La adquisición de los boletos aéreos fue una donación de la embajada de Alemania.
El desembolso es aproximadamente entre 90 y 100 mil quetzales, dijo el gerente de la Vicepresidencia.
La huída
Corría 1,981 y decenas de guatemaltecos cruzaron la frontera hacia Honduras para escapar de la represión militar del gobierno de Romeo Lucas García.
La llegada de este grupo de guatemaltecos a Bolivia se dio en el marco de la guerra interna que vivió Guatemala entre 1960 y 1996, que terminó con la firma de los acuerdos de paz y que dejó al menos 200 mil víctimas entre muertos y desaparecidos, según el informe de la Comisión del Esclarecimiento Histórico.