Disputas pudieron motivar la matanza cometida por el taxista


Un arreglo floral se puso en la calle Duke, de Whitehaven, donde ocurrió la tragedia ayer en Inglaterra. FOTO LA HORA: AFP Derek Blair

La policí­a británica trataba de determinar hoy los motivos que llevaron a un taxista británico a asesinar a 12 personas antes de suicidarse en el noroeste de Inglaterra, mientras la prensa apuntaba a una disputa familiar o una pelea con compañeros de trabajo.


Descrito por sus vecinos y conocidos como «un hombre tranquilo», Derrick Bird, de 52 años, abandonó ayer por la mañana su casa de la localidad de Rowrah con dos armas y durante más de tres horas recorrió en automóvil la turí­stica región de Cumbria, parándose en algunos lugares y disparando por la ventanilla contra gente que se cruzó en su camino.

El saldo de la tragedia, que terminó en medio de un bosque donde el taxista -perseguido por la policí­a- aparentemente se quitó la vida, fue de 12 muertos y 11 heridos en 30 escenas del crimen diferentes. Ocho de los heridos seguí­an hospitalizados, pero ninguno se encontraba ya en estado crí­tico.

Según varios medios británicos, la matanza pudo haber sido desencadenada por una disputa familiar en torno al testamento de su madre, de 90 años de edad.

Se cree que la primera ví­ctima fue el hermano gemelo de Bird, David, y la policí­a confirmó hoy que entre la docena de muertos cuyas identidades empiezan ahora a conocerse figura también el abogado de la familia, Kevin Commons.

Otras informaciones sin confirmar señalan que Bird, divorciado con dos hijos y un nieto nacido recientemente, pudo matar igualmente a su ex esposa.

La otra versión privilegiada por la prensa, basada en varios testimonios, sugiere que Bird, a quien sus amigos llamaban Birdy, planeó el ataque tras una riña con otros taxistas en la localidad de Whitehaven, donde tení­a su base de trabajo.

«Después de la discusión, Derrick estrechó la mano a todos sus compañeros y dijo: «Mañana habrá un tiroteo»», declaró al diario The Sun un taxista que no quiso identificarse.

Un amigo de Bird, Peter Leder, declaró por su parte a la cadena de televisión estadounidense CNN que el taxista se despidió de él la noche antes de la matanza. «No te volveré a ver», le dijo.

La policí­a fue alertada de la tragedia en curso tras un tiroteo en la parada de taxis de Whitehaven, donde Bird mató a por lo menos uno de sus compañeros de trabajo, identificado posteriormente como Darren Rewcastle, y posiblemente a otro más.

Interrogado este jueves acerca de las diferentes teorí­as barajadas por los medios, el subjefe de la policí­a del condado de Cumbria, Stuart Hide, no quiso pronunciarse sobre lo que provocó la masacre.

«Hemos tenido un montón de especulaciones, insinuaciones y rumores sobre lo que ocurrió la noche antes», dijo en una entrevista en la radio BBC, negándose a hacer más comentarios.

Hide habí­a prometido la ví­spera «una investigación completa y exhaustiva» sobre las motivaciones de Bird, argumentando que por el momento no podí­an establecer si la matanza fue «premeditada o un ataque al azar».

Más de un centenar de detectives trataban de recomponer este jueves la secuencia detallada de los acontecimientos de la ví­spera, que también costaron la vida a un jugador de rugby a 13, una repartidora de catálogos, un jubilado, una señora que regresaba de la compra y un ciclista en diferentes poblaciones de esta pintoresca y apacible zona turí­stica.

Las autoridades británicas confirmaron este jueves que Bird tení­a permiso de tenencia de armas desde hace dos décadas y que las dos armas que se le incautaron -un rifle de calibre 22 con mirilla telescópica y una escopeta de caza- estaban debidamente registradas.

Aunque Gran Bretaña tiene una de las legislaciones de tenencia de armas más duras de Europa, cerca de 600.000 personas tienen permiso para poseer una escopeta de caza y más de 100.000 otros tipos de armas.

CAMERí“N Ley de armas


El primer ministro británico, David Cameron, advirtió hoy contra el «acto reflejo» de endurecer la legislación sobre armas después de que un taxista asesinara a tiros a 12 personas durante un sangriento recorrido por una región turí­stica del noroeste de Inglaterra.

Cameron reconoció que la matanza del miércoles en el condado de Cumbria, la de mayor magnitud desde 1996, suscitará un debate sobre si hay que cambiar la ley, pero señaló que no habí­a que tomar decisiones precipitadas.

«Lo correcto es examinar todas estas cuestiones y tener una actitud abierta», declaró Cameron en una rueda de prensa celebrada en Downing Street junto con su homólogo canadiense Stephen Harper.

«Pero debemos ser claros en que en este paí­s tenemos una de las legislaciones más duras sobre control de armas del mundo y no debemos tener el acto reflejo de pensar que hay una respuesta legislativa o regulatoria instantánea», agregó.

«Por supuesto, debemos hacer todo lo que podamos para detener estos sucesos atroces, pero no se puede legislar para detener un cruce de cables en la cabeza de alguien», abundó el primer ministros británico desde hace menos de un mes.

Cameron se desplazará el viernes a la región de Cumbria, que este jueves estaba conmocionada por la matanza cometida por un taxista de 52 años que mató a 12 personas -algunas conocidas, otras aparentemente elegidas al azar- antes de suicidarse, al término de un sangriento periplo de más de tres horas en automóvil por diferentes localidades.