Disminuye población indí­gena


Aunque en los censos del INE los registros revelan un decrecimiento de la población maya, los lí­deres estiman que los criterios utilizados no permiten que se conozcan cifras reales.

Según los censos oficiales, la población indí­gena representaba hasta mediados del siglo XX, el 55% de la cantidad total.

Ligia Flores
lahora@lahora.com.gt

A partir del censo de 1964 se reduce al 42%, manteniéndose alrededor de tal cifra posteriormente; así­, en 1994, aparece con el 43%. El último censo sobre población, en 2002 ubica en 39% esta representación.

¿Decrecimiento de la población indí­gena?

Ante esta tendencia de disminución de la población que se reconoce como indí­gena, según los resultados que publica el INE, surgen varias cuestionantes. En primer plano ¿Por qué la población se autodefine cada vez menos, con el paso del tiempo, como indí­gena?

El comisionado coordinador de la Comisión Nacional contra la Discriminación y el Racismo (Codisra), Romeo Tiu, asegura que los datos oficiales que evidencian el porcentaje de población indí­gena menor al 50% del total de guatemaltecos, «no es real, porque se conoce por otras fuentes no oficiales, que entre el 58% y 60% de la población es indí­gena».

Tiu advierte que se debe considerar la tasa de crecimiento demográfico, que revela que la multiplicación de la población indí­gena es creciente, ya que las mujeres mayas se embarazan hasta 6.1 veces en promedio durante su vida.

En todo caso, se debe evaluar si la manera en que las cuestionantes son plasmadas, en los censos que realiza el INE, es la correcta y si son transmitidas de manera eficaz, para no sesgar la información.

«Muchos de los encuestadores solo ven los rasgos de la persona y ponen lo que les parece más conveniente. También es cuestión de actitud de estas personas, y de quienes preparan los instrumentos y de la polí­tica del INE», menciona el comisionado.

El funcionario cree que esos resultados deberí­an contrastarse con la información de los registros civiles. «Allí­ se registra la pertenencia étnica, sin embargo, se da el problema cuando los registradores civiles no lo apuntan».

Negación de la diversidad étnica

La socióloga Victoria Tubin considera que esas estadí­sticas son una muestra de la negación de la diversidad étnica del paí­s.

«Los indicadores que se plantean no toman en cuenta ni tienen pertinencia étnica para determinarlo o para que la misma población pueda o tenga la posibilidad de autodefinirse», indica.

Por su parte, Tiu supone que esta tendencia es resultado de la estructura mental de quienes hacen los instrumentos de medición del censo, que responde a la homogenización y no al reconocimiento de la diversidad cultural que hay en el paí­s.

«Si bien no es una polí­tica claramente establecida, está en la mente y repercute a la hora de elaborar las encuestas. Es un aspecto que revela la discriminación y racismo, aunque lo descarto como una polí­tica de Estado», aduce el funcionario.

No obstante, la socióloga recalca que la negación de la pluralidad cultural que conforma Guatemala, no es únicamente desde lo externo, sino que las personas la han interiorizado. «Muchos mayas, ya no quieren identificarse como tales, siempre buscan cómo ocultar su identidad y si en un sondeo estadí­stico ni se les pregunta, con mayor razón no lo van a decir», sugiere.

«El tema del racismo sigue siendo uno de los problemas causales estructurales que no permite que la población indí­gena autodefina a qué pueblo pertenece y defienda toda su manera objetiva y subjetiva de entender su vida colectiva», afirma la investigadora.

El racismo y la discriminación hacen que las personas se protejan, para no seguir siendo discriminadas. «Caminar con un traje indí­gena por la calle es un reto, porque se expone a que le falten el respeto», asegura Vilma Sánchez, comisionada coordinadora de la campaña contra la discriminación de la Codisra.

Costos polí­ticos y sociales

En Guatemala no existe minorí­a indí­gena, sin embargo, al demostrarlo a través de los censos, genera que la ejecución del presupuesto sea a favor de la mayorí­a no indí­gena, lo que implica costos polí­ticos y sociales. «Hace más vulnerable a las poblaciones tradicionalmente excluidas: las mujeres y pueblos indí­genas», recalca Tiu.

La recopilación de datos por etnia, es substancial para demostrar dónde están las comunidades lingí¼í­sticas y las condiciones en las que sobreviven. «Nos permite evidenciar el acceso que tiene la población a los servicios como la salud, educación y otros», afirma la comisionada.

¿ES INDíGENA?


Criterios de clasificación en las fuentes de información oficial en las encuestas sobre población y habitación, del INE.

1981 XI Censo: se utilizó como base la estimación social que se tení­a de la persona en el lugar en que fue censada: «indí­gena y no indí­gena».

1994 X Censo: grupo étnico: ¿Es indí­gena? Sí­, no; ¿En qué idioma aprendió a hablar? (Cuatro grupos principales español), ¿Habla usted alguna lengua maya? (cuatro grupos principales español), ¿Habla el idioma español? Si, no; ¿Usa traje maya? Sí­, no.

2002 XI Censo: a todos los habitantes: ¿Es indí­gena? Si, no; ¿A qué grupo étnico pertenece? (27 opciones, 21 mayas, xincas, garí­funas, ladinos, ninguno, otro); Otros idiomas (27 opciones, 21 mayas, xincas, garí­funas, ladinos, ninguno, otro).

Identidad étnica


«Las identidades se forman como un proceso de definición de lo que uno es, de la percepción propia y ajena de lo que se tiene como pertenencia de algo. La identidad étnica tiene una veta de expresión cultural (idioma, cosmovisión, religión, costumbres) y como ocurre con todo sentido de pertenencia, es dinámica», sustentan Manuela Camus y Santiago Bastos en su estudio Los indí­genas de la capital.