Discuten medidas para evitar cortes de luz


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Uno de los principales líderes de la oposición pidió hoy al gobierno argentino que modifique el huso horario para racionalizar la energía en medio de los cortes de luz que afectan a miles de usuarios mientras el Ejecutivo responsabiliza a las empresas distribuidoras de la falta de suministro.

Por ALMUDENA CALATRAVA, BUENOS AIRESa Agencia AP

Mauricio Macri, el conservador alcalde de la capital argentina, señaló en una rueda de prensa que sería conveniente un desdoblamiento del huso horario en el verano austral para aprovechar la luz del día, ahorrar energía eléctrica y morigerar los inconvenientes causados por los cortes de luz que este año llevan ya 15 días en momentos en que tiene lugar una fuerte ola de calor.

El dirigente también pidió cortes de luz programados para que los usuarios puedan prepararse con anticipación a la inconveniencia de la falta de energía. «Tener a la gente en incertidumbre es un maltrato innecesario «, sostuvo Macri.

Después de más de 15 días de interrupciones del suministro en Buenos Aires y populosos municipios vecinos, la alcaldía y el gobierno nacional intentan coordinar medidas que palien los efectos de la actual crisis, de mucha mayor magnitud que en otros años pasados en los que también hubo cortes de luz.

Pero el ministro de Planificación, Julio de Vido, rechazó en un comunicado el pedido del dirigente opositor. Agregó que tener dos husos horarios «generaría trastornos y costos mayores a los beneficios». Días atrás, De Vido descartó las interrupciones programadas del servicio al señalar que si éste no es óptimo se harán las multas pertinentes.

Por otro lado, Macri dijo que Edenor y Edesur, las distribuidoras de electricidad, son responsables de la situación «pero la responsabilidad primaria es del gobierno nacional», que debe «controlar y fiscalizar los programas de inversiones».

La alcaldía dispuso el estado de emergencia en la ciudad y medidas paliativas que incluyen la distribución de agua. Además decretó el asueto administrativo para el lunes. El gobierno nacional dispuso la misma medida para los trabajadores públicos al igual que la Corte Suprema de Justicia para los tribunales nacionales y federales.

Los dirigentes del centroizquierdista Frente Amplio Progresista exigieron por su parte al gobierno que «asuma su responsabilidad por la grave situación ante la crisis energética originada en ámbitos de su exclusiva competencia».

La presidenta Cristina Fernández se encuentra descansando en la sureña provincia de Santa Cruz, donde las temperaturas son sensiblemente más bajas que los 36 grados que se registraban en Buenos Aires, y no ha hecho comentarios públicos sobre la falta de suministro eléctrico.

Hay usuarios que llevan sin luz ni agua 15 días, lo que ha originado el bloqueo de calles y autopistas en señal de protesta. Por la tarde del lunes está previsto un cacerolazo en Buenos Aires convocado por vecinos a través de las redes sociales.

En tanto, el presidente de Uruguay José Mujica afirmó que cuando Uruguay tuvo sequías y precisó energía «nos vendieron de la Argentina lo que pudieron» y que ahora es la nación vecina la que necesita el insumo y su país «sin condiciones».

El jefe de gabinete, Jorge Capitanich, afirmó a periodistas que de los «5,6 millones de usuarios» del área metropolitana «del 1 al 3% está siendo afectado» por los cortes. Ello implica que entre 56.000 y 168.000 usuarios sufren estos inconvenientes. Sin embargo, los afectados son muchos más, ya que un usuario o cliente representa a por lo menos una persona.

Capitanich insistió en que se trata de «problemas de distribución» que deberían resolver las empresas. En tanto, De Vido sostuvo que «no existe ningún problema con la generación de energía».

Los analistas atribuyen los cortes a una mezcla de falta de inversión de las empresas y falta de planificación estatal en el sector energético, fuertemente subsidiado y en el que las tarifas están congeladas desde hace años.

El portavoz de Edenor, Alberto Lippi, dijo que la distribuidora del norte del área metropolitana tenía el lunes «una masa