Ciudad Juárez, al norte de la república mexicana, ha sido una de las más golpeadas por la violencia generada en torno al narcotráfico. El presidente Felipe Calderón reaccionó tras las recientes masacres en contra de la población, y acudió personalmente a «pedir perdón» por haber permanecido inmóvil y por referir que se trataba de «violencia entre pandillas». Sin embargo, no fue del todo bien recibido y hasta le llovieron críticas.
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Una mujer pequeña caminó hacia la caravana presidencial y con lágrimas encaró al presidente Calderón: «Le apuesto a que si hubiera sido uno de sus hijos, usted se habría metido hasta debajo de las piedras y hubiera buscado al asesino; pero como no tengo los recursos, no lo puedo buscar».
Luz María Dávila perdió a sus hijos Marcos y José Luis Piña durante la matanza del 31 de enero y fue quien desde que empezó el foro «Todos somos Juárez. Reconstruyamos la ciudad», marcó la pauta de las protestas que cercaron al Presidente, a los secretarios de Estado y a las autoridades locales.
Junto con otras cinco señoras, Dávila le dio la espalda al presidente cuando comenzó a hablar ante un grupo de representantes de la sociedad civil. La mujer que se puso de espaldas al jefe del Ejecutivo federal lo confrontó:
«Discúlpeme, señor Presidente. Yo no le puedo decir bienvenido, porque para mí no lo es, nadie lo es. Porque aquí hay asesinatos hace dos años y nadie ni nada han querido hacer justicia. Juárez está de luto.
«Les dijeron pandilleros a mis hijos. Es mentira. Uno estaba en la Prepa (diversificado) y el otro en la universidad, y no tenían tiempo para andar en la calle. Ellos estudiaban y trabajaban. Y lo que quiero es justicia. Le apuesto que si hubiera sido uno de sus hijos, usted se habría metido hasta debajo de las piedras y hubiera buscado al asesino, pero como no tengo los recursos, no lo puedo buscar.»
Mientras Calderón ofrecía disculpas por haber dicho que el homicidio de los adolescentes fue en un pleito entre pandillas, la señora negaba con la cabeza todo lo que escuchaba, mientras era vigilada por escoltas del Estado Mayor Presidencial (EMP).
PERDí“N
Calderón pidió perdón ayer a los padres de los jóvenes masacrados en Ciudad Juárez, mientras la sociedad civil le reclamó cambios a la política de seguridad implementada en la localidad.
Calderón dijo ante miembros de organizaciones civiles de Ciudad Juárez, la más violenta de México con 2 mil 660 homicidios en 2009, tras reunirse con familiares de los jóvenes asesinados el 31 de enero, que les «presentaba y ofrecía la más sentida de mis disculpas».
La espiral de violencia desatada hace tres años en esta ciudad de 1.3 millones de habitantes, fronteriza con El Paso, Texas, alcanzó una de sus peores expresiones con la masacre perpetrada en la madrugada del último día de enero en una fiesta estudiantil en la que murieron quince personas.
Tras el multihomicidio, el presidente relacionó estas muertes con una pugna entre pandillas, en declaraciones derivadas de información errónea que inicialmente arrojaron las investigaciones.
Las víctimas fueron «hijos ejemplares, deportistas, buenos estudiantes y buenos hijos», reconoció el mandatario.
* Con información de La Jornada y agencias de noticias.
Un jefe del narcotráfico responsable de la producción de marihuana y amapola en el estado mexicano de Guerrero, vinculado con el poderoso cártel de Sinaloa, fue detenido ayer por agentes federales en una carretera de Jalisco, informó la policía federal.
Rogaciano Alba Alvarez alias El Roga fue aprehendido ayer y era «líder de una organización delictiva que opera en los estados de Guerrero, Michoacán y Jalisco, dedicada a la producción y venta de marihuana y amapola», dijo un portavoz de la policía federal.
Alba Alvarez está relacionado con el cártel de Sinaloa, a cargo del capo Joaquín «Chapo» Guzmán, el más buscado en México y Estados Unidos, y con «La Familia» en Michoacán (oeste) «con quienes tenía una alianza mediante la cual pretendía apoderarse de Guerrero expulsando a grupos antagónicos» como los cárteles de los «Beltrán Leyva» y Los Zetas.
«El Roga» fue detenido el jueves en un operativo de la policía federal cuando viajaba solo en una camioneta por una carretera de Jalisco (oeste),
Alba Alvarez, originario de Petatlán un pueblo de la costa del Pacífico cercano al balneario de Zihuatanejo, se presentaba públicamente como el líder de los ganaderos de Guerrero y fue blanco de dos sangrientos ataques en mayo de 2008 en Guerrero, uno de ellos en su casa, que dejaron 17 muertos y 14 heridos.
En estos ataques, encabezados por el capo Arturo Beltrán Leyva, abatido por militares mexicanos en diciembre pasado, murieron dos de sus hijos y su hija fue secuestrada, sin que Rogaciano Alba fuera capturado por sus enemigos.
Rogaciano se enfrentó en los primeros meses de 2008 a los hermanos Beltrán Leyva cuando éstos se separaron del «Chapo» Guzmán y él optó por permanecer con el cártel de Sinaloa.
Las pugnas entre los cárteles de la droga en México dejaron en los últimos tres años más de 15.000 muertes, pese al despliegue de 50.000 militares a lo largo del territorio nacional.