De acuerdo a un estudio realizado por la Comisión Presidencial Contra la Discriminación y el Racismo contra los Pueblos Indígenas en Guatemala, el Estado deja de producir Q6 mil millones anualmente debido a estas prácticas hacia los pueblos originarios.
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La discriminación y el racismo tiene un costo económico de Q6 millones anuales para el Estado de Guatemala (3.3% del Producto Interno Bruto), principalmente hacia los pueblos indígenas y personas que viven en áreas rurales, dejando de producir por esas prácticas al no existir garantías de acceso a servicios públicos como salud, educación, empleo, vivienda y alimentación, entre otros.
Según un análisis de la Comisión Presidencial Contra la Discriminación y el Racismo contra los Pueblos Indígenas en Guatemala, actualmente existe una brecha económica entre la población indígena y la no indígena, generada por el racismo y la discriminación, cuantificada a partir de variables económicas, étnicas y demográficas e impidiendo un mayor crecimiento de la economía nacional.
El informe detalla que solo el 5% de la población indígena, que representa el 42% de los 14 millones de habitantes en el país, tiene acceso a educación universitaria, y el 62% de los niños indígenas está excluido del sistema primario. Mientras en materia laboral se calcula que el salario de un profesional indígena es 36% más bajo que de un empleado no indígena.
REVERTIR ÍNDICES
La comisionada de la Codisra, María Trinidad Gutiérrez, indicó que para revertir esta situación hace falta que el Estado invierta financieramente en mayor grado en las instancias que trabajan en pro de los pueblos indígenas, pues los recursos con los que cuenta la institucionalidad pública no son suficientes para atender las demandas de este sector de la población.
Asimismo, manifestó que se requiere que la población guatemalteca esté sensibilizada y comprometida con erradicar y mitigar la discriminación y el racismo a nivel nacional; a la vez que se reconozca el rol de los grupos indígenas.
El informe señala que la desigualdad en materia de oportunidades y acceso a servicios básicos, frena el desarrollo de los pueblos indígenas, quienes al no contar con recursos económicos ven limitada su capacidad productiva y afecta de manera indirecta al comercio y a la industria.
Por aparte, Julián Catú, director de Planificación del Fondo de Desarrollo Indígena Guatemalteco, enfatizó en que desafortunadamente estos flagelos no entran en la agenda nacional desde una perspectiva económica, social y cultural, y por esa razón muchas veces se menosprecia la diversidad de etnias que caracteriza a Guatemala.
En base a la Encuesta de Condiciones de Vida ENCOVI 2011, las poblaciones originarias constituyen el 58% de los pobres en Guatemala.