Los líderes de India y China restaron importancia a su reciente disputa fronteriza y otras tensiones hoy, y se comprometieron a cooperar en pos de la estabilidad regional y el crecimiento económico de los dos países más poblados del mundo.
En los últimos años han crecido las fricciones entre los gigantes asiáticos a medida que compiten por la influencia regional y el acceso al combustible necesario para alimentar sus economías en crecimiento. El viaje de Li Keqiang a la India, su primera visita al extranjero desde que asumió el cargo de primer ministro, parece destinado a minimizar las tensiones.
La visita de tres días forma parte de una misión de divulgación del nuevo gobierno de China entre las grandes economías emergentes a fin de equilibrar las relaciones tensas de Beijing con Estados Unidos. Con esa intención, Li y el primer ministro de la India, Manmohan Singh, buscaron lunes a centrarse en las oportunidades de cooperación entre sus naciones.
«Tanto el primer ministro como yo creemos que China e India comparten muchos más intereses que las diferencias que tenemos», dijo Li en una conferencia de prensa conjunta.
«Sin el desarrollo común de China y la India, Asia no va a ser fuerte y el mundo no se convertirá en un lugar mejor», dijo.
La cumbre tuvo un objetivo más simbólico que sustancioso. Se firmaron ocho acuerdos menores. No obstante, ambos líderes insistieron en que la cooperación es importante, y se comprometieron a ampliarla, además de anunciar que Singh visitará China a finales de año.
«Compartí con el presidente Li mi opinión de que el crecimiento de China y la India es bueno para el mundo, y que el mundo tiene suficiente espacio para dar cabida a las aspiraciones de crecimiento de ambos pueblos.
Para que esto sea una realidad, es importante que haya entendimiento entre nuestras naciones», dijo Singh. «Concordamos en que ambas partes deben trabajar para fortalecer una mayor confianza y seguridad, lo que, a su vez, permitirá una cooperación mucho mayor», agregó.
Sin embargo, los dos países tienen profundas diferencias, incluyendo el apoyo incondicional de China al archirrival de la India, Pakistán. La presencia en la India del líder espiritual tibetano, el Dalai Lama, y el autoproclamado gobierno tibetano en el exilio son un irritante constante para China.
China ya se ve como la gran potencia de Asia, mientras que la India espera que aumentar su poderío económico y militar, que es mucho menor que el de su vecino, los coloque en el mismo nivel.