Director de Super Size Me va tras las huellas de Bin Laden


Tras someter su cuerpo durante un mes a un régimen de hamburguesas y papas fritas de McDonald»s en el elogiado documental Super Size Me, Morgan Spurlock se puso una meta más arriesgada: capturar al hombre más buscado del mundo, el lí­der de Al Qaeda Osama bin Laden.


El resultado -Where in the World is Osama Bin Laden»- fue estrenado esta semana en el Festival de cine independiente de Sundance, ante una audiencia deseosa de comprobar si Spurlock podí­a recrear la magia de su innovadora opera prima.

«Tuve la idea para la pelí­cula en 2005», contó Spurlock en una entrevista. «(El presidente estadounidense George W.) Bush habí­a sido reelecto, Bin Laden habí­a divulgado una nueva grabación y (los expertos) decí­an, «Â¿Por qué no encontramos a este tipo, donde diablos está Osama Bin Laden?»»

Tras un entrenamiento para ayudarlo a evitar francotiradores y secuestradores, la pelí­cula sigue a Spurlock mientras viaja por Marruecos, Israel, Egipto, Arabia Saudita, Afganistán y finalmente Pakistán, para intentar encontrar al fugitivo que sigue eludiendo a la CIA, al FBI y al Ejército de Estados Unidos.

Interroga a parientes lejanos de los terroristas del 11 de setiembre de 2001 y talibanes y deambula por los centros comerciales y supermercados sauditas pidiendo a los transeúntes pistas.

Pero de hecho, el filme es menos una búsqueda de Bin Laden que de lo que lleva a jóvenes musulmanes a adherirse a la filosofí­a antiestadounidense del lí­der de Al Qaeda.

«Lo que comenzó como «qué buen tí­tulo para una pelí­cula» se convirtió en «Â¿Qué clase de mundo loco crea un Osama bin Laden?» y comencé a preocuparme sobre traer a un niño a este mundo», contó Spurlock. Sobre todo luego que se enteró que su esposa Alex estaba embarazada durante la pre producción de la pelí­cula.

La lección de la pelí­cula, según Spurlock, es que la realidad del mundo post-11/9 no es blanco y negro.

«Aprendí­ que lo que vemos en la televisión estadounidense, en los medios, no es lo que el resto del mundo piensa de nosotros, o de ellos mismos. Es mucho más complicado que buenos contra malos», dijo Spurlock. «La mayorí­a de la gente que conocí­ eran moderados, y creo que era importante escucharlos».

«Hubo tantas personas que conocí­ que veí­an a Estados Unidos con tanta esperanza (…) esperanza de que Estados Unidos cambiará. Quieren que Estados Unidos sea un modelo de democracia y deje de apoyar dictadores», añadió.

Finalmente, tras llegar hasta la región Peshawar en Pakistán, Spurlock abandona la búsqueda para regresar a casa con su esposa, que está a punto de dar a luz.

«Si lo hubiera encontrado, me hubiera encantado sentarme con él y preguntarle, «Â¿Cómo puede terminar todo esto? ¿O nunca terminará? ¿Cuál es la respuesta?»».