Director de Costa Concordia: Capitán engañó a la compañí­a


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El capitán del crucero Costa Concordia que encalló frente a la costa de la Toscana con 4.200 personas a bordo no dio información correcta, ni a la empresa ni a la tripulación, después de que el buque chocó contra un arrecife, señaló el viernes el director general de la compañí­a, en una jornada en que se reanudó la búsqueda de 21 desaparecidos.

Por NICOLE WINFIELD y COLLEEN BARRY ROMA / Agencia AP

El director general Pierluigi Foschi dijo a la televisión italiana que la compañí­a se comunicó con el capitán a las 10:05 de la noche, (2105 GMT) del 13 de enero, unos 20 minutos después de que el crucero encalló. Sin embargo, la empresa no pudo ofrecer ayuda adecuada porque la descripción que dio el capitán sobre el percance «no se correspondí­a con la realidad».

El capitán Francesco Schettino sólo dijo que habí­a «problemas» a bordo, pero no mencionó que hubiera encallado en un arrecife.

Foschi dijo que Schettino tampoco informó a los tripulantes sobre la gravedad de la situación.

Videos grabados por los pasajeros y difundidos por la televisión muestran que los tripulantes seguí­an pidiendo a los pasajeros volver a sus camarotes, incluso a las 10:25 p.m. (2125 GMT). La alarma del buque sonó poco antes de las 11:00 de la noche (2200 GMT).

«Ello ocurrió debido a que ellos (los tripulantes) tampoco recibieron información correcta sobre la gravedad de la situación», dijo Foschi.

El Costa Concordia de 450 millones de dólares transportaba más de 4.200 pasajeros y tripulantes cuando se estrelló contra rocas bien identificadas frente a la isla de Giglio después que el capitán se desvió de su rumbo sin autorización. Después el barco zozobró. Hay 11 muertos confirmados.

El crucero encallado se desplazó nuevamente sobre las rocas en que se apoya, lo que obligó a suspender el viernes las operaciones de rescate de 21 desaparecidos. No obstante, la búsqueda se reanudó en algunas zonas por la noche, tras considerarse que el buque se habí­a estabilizado.

Se desconocí­a si los movimientos registrados durante la noche por los sensores a bordo eran sólo vibraciones, a medida que el Costa Concordia se asienta sobre las rocas frente a la isla de Giglio o si el enorme buque estaba deslizándose sobre el arrecife.

Los sensores detectaron que la proa del barco se moví­a unos 15 milí­metros por hora y la popa unos siete milí­metros por hora, dijo Nicola Casagli, de la Universidad de Florencia, convocado por las autoridades italianas para monitorear la estabilidad del buque.

Los movimientos eran monitoreados con todo cuidado, ya que cualquier cambio significativo en su posición podrí­a ser peligroso para los buzos que intentan localizar a los desaparecidos. También se teme que un cambio así­ pudiera dañar los tanques que contienen medio millón de galones de combustible.

El lecho marino cae abruptamente a unos metros de donde se encuentra el barco, y el ministro del Ambiente ha advertido que se corre el riesgo de que éste se hunda del todo. Se pronostican tormentas para las próximas horas, lo cual ha generado aún más temores.

El capitán Schettino, detenido tras abandonar el naví­o antes de que concluyera la evacuación de las personas a bordo, está bajo arresto domiciliario y enfrenta cargos de homicidio no intencional, provocar un naufragio y abandonar su buque.

Parientes de algunos de los 21 desaparecidos se encontraban el viernes en el puerto de Giglio y recibí­an informes de los equipos de rescate.

En declaraciones al canal noticioso Sky TG24, Casagli dijo que es natural que el Concordia se mueva un poco dado el inmenso peso del buque de casco de acero, sostenido por dos enormes rocas en la proa y la popa.

Pero los últimos movimientos indican que no está estable, señaló.

«Estos son pequeños movimientos regulares que están siendo monitoreados porque avanzan en la misma dirección», declaró a Sky.