Diputados sin pudor se burlan de sus electores


Eduardo_Villatoro

Me surge la vaga presunción que, como a mí me ocurre, a mis contados y sensatos lectores que se ganan la vida con su trabajo honrado y que en medio de  limitaciones de toda índole se conducen con decencia en sus actividades cotidianas, ya se les agotaron los adjetivos, incluyendo los más procaces, para calificar a un numeroso grupo de diputados que proceden con insolencia y  desvergonzadamente al burlarse de los ciudadanos, a los cuales no le queda más remedio que maldecir el infortunio de haber elegido (¿?) a parlamentarios que carecen de  los más elementales signos de dignidad y decoro.

Eduardo Villatoro


La tarde del martes leí en La Hora con muy reservado optimismo que, finalmente, los miembros de la legislatura se disponían, después de años de espera, de meses de repetidas promesas y de semanas de absurdas dilaciones, a aprobar la redacción final en tercera lectura de la Ley contra el Enriquecimiento Ilícito, que los mismos congresistas, durante la campaña electoral, habían enfatizado que sería una de sus prioridades tan pronto como asumieran sus cargos.
  
Tenía razón para no estar convencido de que los pocos diputados que estaban empeñados en la promulgación de esa iniciativa iban a lograr sus propósito, aunque se tratase de una posición meramente demagógica; pero que, al fin y al cabo, lo importante es que el país cuente con una ley, aunque plagada de debilidades, que pueda aplacar limitadamente la tormentosa corrupción que ha empapado a la mayoría de las estructuras del Estado, con la participación de funcionarios sin escrúpulos, coludidos con empresarios taimados e hipócritas.
  
¡Cabal tu pisto! Ayer en la mañana, dos de los tres diarios rotularon en su primera página que diputados del “PP y aliados frenan (la) ley anticorrupción” y “El Legislativo deja a mitad de camino ley anticorrupción”. Para corroborar esas informaciones que me indignaron sobradamente, me aboqué al portal de La Hora, que anticipándose a su edición de la tarde adelantó que el “PP consigue suspender la aprobación de la ley Penal de Enriquecimiento Ilícito”  

Antes del martes, se frustró otro intento de aprobación definitiva del proyecto de ley, porque los miembros de la Junta Directiva empezaron a abandonar el hemiciclo, quedando solamente uno de los vicepresidentes, quien, por falta de quórum de la dirigencia, declaró suspendida la sesión. Anteayer, se abortó de nuevo la intentona porque dos diputados del Partido Patriota plantearon pérfidamente sendas mociones privilegiadas, ajenas a la materia que estaba en discusión.
  
Otros honorables parlamentarios pretendieron justificar su ausencia en el recinto a causa de sospechosas fallas del tablero electrónico y no faltaron los más ingeniosos que posiblemente se sobrepasaron al ingerir alimentos y bebidas, a causa de lo cual se empacharon, y ya no aguataron las ganas de visitar los sanitarios para expulsar residuos sólidos y líquidos. ¡Qué mejor lugar que ocultarse allí, donde deberían permanecer por tiempo indefinido!
  
Son pocos los legisladores que aún conservan precario pudor y no se han contaminado de la mezquindad y la desmedida ambición que caracteriza a la mayoría de legisladores (¿?), entre los cuales sobresalieron en la fracasada sesión los representantes Inés Castillo, Mario Rivera, Julián Tesucún y Mario Yanes, de la bancada del partido Lider; Julio López, de la Unidad Nacional de la Esperanza; Ramón Ponce Guay, de la Gana; el independiente Carlos Herrera; Luis Contreras, Rubén Pérez, Juan Pablo Urrea y Valentín Gramajo, del partido oficial, y Dolores Beltrán y Christian Boussinot, de ese bodrio llamado Todos, quienes se ausentaron o votaron en contra de la iniciativa de ley desde un principio.

(Al responder a la pregunta del reportero Romualdo Tishudo, un diputado que abandona el hemiciclo a hurtadillas, se justifica: -Es que debo tomar zumo de naranja recién exprimida para que no se le evapore la vitamina C).