Los diputados de Costa Rica discutirán hoy en trámite rápido un polémico proyecto para aumentarse sus sueldos, pese a la advertencia de la presidenta Laura Chinchilla de que vetaría esa ley y de convocatorias a protestas a través de las redes sociales de internet.
El intento de subirse el sueldo en casi 80%, a unos 8.000 dólares al mes, ha consumido los esfuerzos de los diputados desde que ocuparon sus escaños hace poco más de tres semanas, al renovarse completamente el Congreso, una semana antes de que asumiera Chinchilla.
Un tecnicismo impidió que aprobaran el aumento la semana pasada, pero el Congreso citó para este lunes en la tarde a dos sesiones plenarias, con cinco minutos de diferencia cada una, para aprobar velozmente el proyecto, que Chinchilla amenazó con vetar y que la ciudadanía rechaza abrumadoramente.
Durante el fin de semana, convocatorias a manifestarse este lunes frente al Congreso circularon por redes sociales de internet, como Twitter y Facebook, respaldadas por organizaciones sociales y sindicales.
«La idea es mostrar el enojo que causa esta propuesta de aumento salarial de parte de los diputados», dijo el secretario general de la Asociación Nacional de Empleados Públicos, Albino Vargas.
El incremento «es abusivo, inoportuno y de ninguna manera debería aceptarse», agregó Vargas.
Chinchilla advirtió el viernes, tras regresar de un viaje a Madrid, que vetará esta ley si implica elevar el gasto público, pues su gobierno intenta desesperadamente reducir el elevado déficit fiscal heredado de Oscar Arias, que este año alcanzaría el 5% del producto interno bruto.
La mandataria advirtió en un comunicado que si los diputados remiten a la Presidencia esta ley «sin dar previamente garantía de que cuenta con el respectivo financiamiento, se vería en la obligación de vetarla».
El Congreso ha pasado tres semanas discutiendo casi exclusivamente el alza salarial de sus miembros, mientras las autoridades piden a los costarricenses apretarse el cinturón por la crisis económica, y Chinchilla promete honestidad y transparencia en la gestión pública.
El aumento fue respaldado inicialmente por los diputados de seis partidos, incluido el de Chinchilla, que en conjunto tenían 45 votos, de los 57 de la Asamblea Legislativa, y 11 se opusieron.
Pero las críticas de la ciudadanía, en un país donde un tercio de los trabajadores gana menos del salario mínimo (400 dólares), hizo retroceder a unos legisladores, y este lunes solo 38 apoyaban el aumento, según la prensa.
Estos 38 votos serían suficientes, sin embargo, para insistir en aprobar la polémica ley en caso de un veto presidencial, según la Constitución.
Un partido con cuatro escaños retiró su apoyo al aumento y el diputado Luis Fishman, ex candidato presidencial socialcristiano, que lo había defendido declarando que él no había llegado al Congreso «para hacer votos de pobreza», anunció después que no aceptaría el incremento.
Para los diputados que apoyan la ley este aumento implicará triplicar los ingresos que percibían antes de llegar al Congreso, reveló este lunes el diario La Nación, en base a datos de la Caja de Seguro Social.
El «ingreso promedio de 38 congresistas que apoyan el plan era de 1,2 millones de colones» (2.400 dólares) antes de llegar al Congreso, y ahora quedará en 4,3 millones de colones (8.000 dólares), dijo La Nación.