Diplomáticos expulsados de Londres llegan a Irán


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Los diplomáticos iraní­es expulsados de Londres en represalia tras los ataques contra complejos británicos en Teherán llegaron a su paí­s el sábado, informaron medios oficiales, lo que cierra un capí­tulo en la fricción diplomática más grave que haya tenido el paí­s con Occidente en décadas.

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Por ALI AKBAR DAREINI TEHERAN / Agencia AP

Unos 150 activistas, con collares de flores, se congregaron en el aeropuerto Mehrabad de Teherán, para dar una bienvenida de héroes a la veintena de diplomáticos y a sus familias. Pero el gobierno iraní­, al parecer opuesto a cualquier acto que pudiera empeorar la situación, sacó a los diplomáticos por una fuerza trasera, lo que reflejarí­a también las propias disputas polí­ticas internas de Irán.

La información de la llegada fue difundida por la agencia IRNA.

Todos los diplomáticos iraní­es en Londres partieron el viernes en un avión fletado, en represalia por los ataques a la embajada de Gran Bretaña en Teherán.

«Todo el personal diplomático de la embajada iraní­ en Londres despegó del aeropuerto de Heathrow» el viernes por la tarde, informó la cancillerí­a.

En los últimos meses, las relaciones diplomáticas de Irán con Gran Bretaña se han deteriorado cada vez más, en gran medida debido a las tensiones por la negativa de Teherán a suspender el enriquecimiento de uranio, un proceso con el que es posible fabricar armas atómicas.

Imágenes difundidas el martes por todo el mundo mostraron a manifestantes que desgarraban banderas británicas y sostení­an una fotografí­a de la reina Isabel II que saquearon del complejo de la embajada en Teherán. El incidente profundizó el aislamiento internacional de Irán e incrementó significativamente las tensiones con Occidente.

El embajador británico en el paí­s asiático, Dominic Chilcott —ahora de vuelta en Gran Bretaña— dijo que la experiencia habí­a sido «aterradora».

«No tení­amos ni idea de en qué iba a parar aquello», afirmó, al describir cómo la turba desbarató habitaciones, dañó muebles, pintó grafiti y desgarró un retrato de la reina Victoria, mientras el personal se refugiaba en un área segura de la embajada.

«Se sintió como un vandalismo muy rencoroso e irreflexivo, pero no era tan irreflexivo», dijo Chilcott. «Retiraron todo lo que fuera electrónico —teléfonos celulares, computadoras personales— … cualquier cosa que pudiera proporcionar información sobre con quién hablabas o qué hací­as».

Dijo que siete miembros del personal que estaban en otro conjunto residencial del complejo que también fue atacado fueron detenidos por los invasores y «manejados con bastante rudeza».

En respuesta al ataque, el canciller británico William Hague ordenó el miércoles a los diplomáticos iraní­es partir en un máximo de 48 horas.

Hague también retiró a los diplomáticos británicos de Irán tras la agresión a la sede de Gran Bretaña y respaldó aplicar nuevas sanciones a la república islámica. Al menos otros cuatro paí­ses europeos, entre ellos Alemania, Francia y Holanda, tomaron medidas para reducir los contactos diplomáticos con Irán.