¡Dinero sí­ hay y hasta de sobra!


A cualquier ciudadano con dos dedos de frente le resulta inaceptables las declaraciones del doctor Aldo Castañeda cuando refiriéndose a la Unidad de Cirugí­a Cardiovascular -UNICAR- manifiesta: «Sufrimos cada tres meses el vaivén de saber si nos asignan fondos»; peor todaví­a cuando el doctor Raúl Cruz Molina, director de esta entidad, asegura que la entrega tardí­a de los fondos que el Estado debiera hacer puntualmente, compromete el «funcionamiento eficaz» de la institución. ¿Alguien cree posible que tratándose de la curación del órgano vital del cuerpo humano sea aceptable semejante concepto? Todo este desbarajuste es causado por la pésima y tradicional administración financiera de los gobiernos y donde los que asumen prometen corregir sus entuertos, aunque el actual, encabeza el grupo de los ineficientes, propiciando con ello que un centro de referencia de cirugí­a cardiovascular de la categorí­a de UNICAR siga pasando una crisis jamás vista.

Francisco Cáceres Barrios

Lo más triste del caso, es que estamos hablando de la unidad que es orgullo de los guatemaltecos y, como ya dijimos la misma se toma como referencia en toda Centroamérica, tan es así­, que atiende pacientes del resto de paí­ses que la integran y quienes cuando retornan aliviados de sus padecimientos manifiestan su pesar porque en su tierra no se cuente con uno similar. Y es que el Gobierno sí­ tiene dinero y hasta de sobra, de lo contrario no podrí­a darse el gusto de que su Ministerio de Gobernación haga negocios con diez empresas de papel, habiendo avalado dos titulares del ramo Q15 millones gastados en contratos destinados a organizaciones cuya sede y destino son todo un misterio. Y si del Organismo Legislativo se trata, ¿alguien con los pies bien puestos sobre la tierra concibe y acepta el costo que significa mantenerlo con 158 diputados, cuando su gran mayorí­a solo asiste a las sesiones que le ordena el presidente de turno para cumplir sus órdenes y conveniencias?

¿Sabe usted estimado lector, cuánto se usó de sus contribuciones para montar el equipo que evitarí­a que los reclusos de algunas de las cárceles del paí­s pudieran seguir haciendo de las suyas para mantener a toda la ciudadaní­a con la camisa levantada ante tanto asesinato, robo, secuestro y cientos de delitos más? Pues nada menos que Q21 millones y ¡NO FUNCIONA!, sea por una causa u otra y con esto más, que el presupuesto anual asignado al sistema penitenciario sea de Q249 millones y todaví­a gestione otros Q26 para que todo siga igual de descalabrado, inútil e inoperante. Entonces, no es por falta de pisto que los directivos y ejecutivos de UNICAR estén pasando el Niágara en bicicleta periódicamente y que en lugar de ocupar su valioso tiempo en pensar cómo ser todaví­a más eficientes y eficaces, se la pasen restando gastos e inversiones cuando ello, por principio, es una ingratitud. ¿Qué dirá el Vicepresidente de esto?