Un suboficial de policía, a quien mineros privados tomaron de rehén y detonaron dinamita sobre su cuerpo, tras un enfrentamiento en una carretera boliviana el sábado último, murió ayer en un hospital de la ciudad de Oruro, a 200 km al sur de La Paz, se confirmó oficialmente.
Juan Quenallata, a quien se le ató dinamita al cuerpo tras ser brutalmente golpeado y arrastrado cuesta arriba en una serranía cercana a la localidad de Caihuasi, murió a causa de la gravedad de sus heridas luego de dos intervenciones quirúrgicas, informó el comandante policial Isaac Pimentel.
En Caihuasi los mineros cerraban una ruta en oposición al plan de nacionalización de la minería, por parte del gobierno de Evo Morales.
El deceso de Quenallata se registró al tiempo que nueve mineros detenidos durante los choques del sábado fueron encarcelados por orden de un juez, quien dispuso su procesamiento por asesinato alevoso.
Los enfrentamientos del fin de semana, que también dejaron malheridos a otros siete uniformados, son una secuela de un conflicto en una mina boliviana que a principios de octubre dejó 16 muertos de bala y dinamita y media centena de heridos por el control del yacimiento estañífero de Huanuni.
Los mineros privados agrupados en cooperativas rechazan un acuerdo con el Gobierno para la explotación del tacimiento, que implica la incorporación de cuatro mil de ellos a la compañía estatal de minerales.