La dimisión del gobierno kuwaití hunde al país en nueva crisis.
El gobierno kuwaití presentó hoy su dimisión al emir tras un pulso con el Parlamento por la controvertida visita a esta monarquía del Golfo de un religioso chiita iraní que tenía prohibida la entrada en el país.
«El gobierno kuwaití presentó su dimisión al emir», el jeque Sabah al Ahmad al Sabah, declaró a la prensa el diputado Naser al San.
Los 15 miembros del gobierno, que también son diputados, se retiraron de una sesión del Parlamento, para protestar contra la petición de tres parlamentarios sunitas de interrogar al primer ministro y sobrino del emir, el jeque Nasel Mohamad Al Ahmad Al Sabah, sobre la visita del iraní Mohammad Baqer Al Fali.
Los tres diputados, islamistas de tendencia salafista, acusaron al primer ministro de autorizar la entrada de Al fali, a quien la justicia kuwaití había prohibido el ingreso al país por haber insultado, según ellos, a compañeros del profeta Mahoma venerados por los sunitas pero denostados por los chiitas.
Le reprochan al primer ministro «no haber cumplido su deber constitucional» y estiman que «es tiempo de que Kuwait tenga un primer ministro capaz de administrar los asuntos del Estado y de responder a las expectativas del pueblo».
Según estos diputados, la corrupción y los gastos desmedidos del erario público han aumentado desde 2006, cuando el jeque Nasser se hizo cargo del gobierno.
Kuwait tiene una larga historia de crisis políticas debido a las difíciles relaciones entre los poderes Ejecutivo y Legislativo.
El Parlamento del emirato ya fue disuelto en marzo de 2008, también a raíz deun diferendo entre sunitas y chiitas. Estos últimos representan un tercio de la población de Kuwait.
La Constitución de Kuwait, la primera en una monarquía árabe del Golfo, fue suspendida en dos ocasiones durante cinco años en 1976 y durante seis en 1986. En ese lapso, el Parlamento fue disuelto.
La familia de los Al Sabah está en el poder desde hace 250 años, cuando se creó este rico emirato que produce actualmente 2,4 millones de barriles de petróleo diarios.
Ningún anuncio oficial se hizo de momento sobre la renuncia del gobierno.
Según la Constitución, si el emir acepta la renuncia, puede decidir la formación de un nuevo gabinete o disolver el Parlamento y convocar elecciones legislativas anticipadas.
Numerosos diputados dijeron que durante el día el emir promulgará un decreto de disolución del Parlamento. Otros dicen que suspenderá la Constitución y el Parlamento, lo cual le evitaría tener que convocar elecciones anticipadas en un plazo de 60 días.