Dime cómo vistes y te diré de qué mara eres


Los tatuajes han dejado de «identificar» a los integrantes de las pandillas o maras; ahora la parafernalia podrí­a referir a la PNC y al MP a un joven que pertenece a estos grupos.

Gerson Ortiz
lahora@lahora.com.gt

Los colores de una prenda de vestir, los aretes, el tipo de calzado, la talla de la playera y otros elementos forman parte de una nueva indumentaria que las autoridades han utilizado para identificar a quienes integran estas organizaciones, juveniles en su mayorí­a.

Sin embargo, lo que para el Ministerio Público y la Policí­a Nacional Civil podrí­a ser una nueva forma de organización, podrí­a convertirse en mecanismo para continuar estigmatizando a los jóvenes guatemaltecos, al menos esa es la percepción de analistas.

NUEVA TENDENCIA

Desde los orí­genes de las pandillas en Guatemala, existieron elementos que diferenciaban a sus integrantes, jóvenes y adolescentes en su mayorí­a, según estudios, de una u otra célula (clica).

Ricardo Guzmán, fiscal de delitos contra la vida, afirma que lo que podrí­a significar mayor «orgullo» a cualquier persona que integra una pandilla son los tatuajes, pero que son quienes ahora se encuentran en prisión los que generalmente los usan.

El fiscal del MP explicó que en los pandilleros, «no es un obligación utilizar tatuajes», pero que estos utilizan aretes, piezas que se distinguen por la marca, tipo de calzado especí­fico, estilo de pantalonetas, playeras, camisas y hasta las tallas de la ropa, que los identifican, afirmó.

«Que la ropa les quede floja es una señal de identificación; también cómo unen los extremos del pantalón, la utilización del cincho en un lugar especial; todas las prendas tienen algún significado», explicó el investigador.

CAPTURAS

El investigador del Control de Maras de la División de Investigación Criminal (Dinc), quien prefirió omitir su nombre por medidas de seguridad; indicó que para la PNC, los pandilleros siempre se han identificado así­: «los colores celeste y azul, son de la Mara 18, y el rojo lo utiliza la Mara Salvatrucha», indicó.

El entrevistado indicó que tiempo atrás, la PNC reconocí­a a los miembros de las maras por los tatuajes, lo que provocó que estos ya no se tatuaran en partes muy visibles; incluso indicó que hay pandilleros que se tatúan en la parte inferior de los pies, o en la cabeza.

«Incluso ahora andan encorbatados; tenemos antecedentes que cuando llegan a recoger las extorsiones a negocios o a residencias particulares se identifican como vendedores y llaman «clientes» a sus ví­ctimas», indicó.

El investigador policial reconoció que esa tendencia ha «dificultado las acciones de aprehensión de esa entidad», «antes esperábamos a alguien tatuado de la cara o que se reconociera por su forma de vestir, pero ahora ya no, ahora cuidan su apariencia personal», declaró.

El entrevistado dijo finalmente que la mayorí­a de detenciones de presuntos pandilleros son en flagrancia, y en operativos a gran escala; ya que se ha establecido que «los mareros cargan hasta tres anillos de seguridad», afirmó, y agregó que «los integrantes más violentos son los adolescentes y niños».

SIN INVESTIGACIí“N

Sandino Asturias, analista en temas de seguridad del Centro de Estudios de Guatemala, opinó de todo lo anterior que en el paí­s el problema se centra en la «ausencia de investigación criminal».

Asturias enfatizó que en el paí­s «no se persiguen los delitos sino a las personas: se trata de investigar hechos delictivos y no importa si se trata de una persona que tiene tatuajes», declaró el analista.

A criterio del entrevistado, las autoridades de justicia del paí­s tienen un «concepto equivocado sobre la persecución penal», e insistió en que se deben perseguir hechos que se encuadren dentro de lo delictivo «y no a personas por su forma de vestir».

Asturias agregó que no basta con las capturas en flagrancia y que estas deben sustentarse con pruebas contundentes ante un juez: «las redadas sólo generan estigmatización y no contribuyen en nada a la investigación, sólo aumentan la estadí­stica de capturados sin resultados. La PNC tiene que fortalecer la investigación y la inteligencia», expresó.

ESTIGMATIZACIí“N

Carlos Amézquita, sociólogo y coordinador del Programa de Seguridad Juvenil, opina que existe una estigmatización muy fuerte hacia la juventud por el uso de tatuajes y ciertas formas de vestir en el caso de los hombres, y una muy machista hacia las mujeres.

«Hemos trabajado en testimonios de jóvenes y tenemos la certeza de que la Policí­a se deja llevar por este tipo de sí­mbolos», ejemplificó el entrevistado.

Amézquita añadió que la estigmatización también está vinculada a la clase social de los jóvenes, lo que los coloca en una situación muy vulnerable: «el 98% de las personas que se encuentran en prisión son jóvenes que generalmente pertenecen a la clase baja», indicó.

El entrevistado agregó que generalmente se combaten los problemas acusando a los jóvenes por su forma de vestir, pero que las problemáticas de la violencia y la criminalidad no se tocan desde las médulas; y citó que la violencia es generalmente generada por los adultos.

Amézquita finalizó diciendo que el proceder de la PNC en relación a la captura de quienes, por su forma de vestir, son estigmatizados como pandilleros, se debe supeditar en el principio que indica que todos son iguales ante la Ley, y no condicionarse por aspectos como esos; dijo además que la entidad policial debe educarse para conocer «los significados de las distintas expresiones culturales de los jóvenes en el paí­s».

VESTIMENTA Cómo visten


El MP elaboró un informe escrito sobre la «nueva» parafernalia de los pandilleros.

La Mara 18 utiliza pantalón estilo comando de tela con doblez en la pretina hacia contrario, camiseta siempre metida en el bóxer, camisa a cuadros con todos los botones hasta el cuello, entre otros.

En el caso de los MS, el documento indica que se identifican con el color rojo y con playeras con los números 33 y 13. Los tenis que utilizan son color blanco, azul y negro, y tienen un costo de hasta Q 600.