La eterna lucha de la humanidad por alcanzar metas y objetivos que hagan placentera la vida en el sentido de obtener los satisfactores necesarios para la supervivencia, disponen a las personas para asumir conductas polarizadas dependiendo del lugar que ocupen en la sociedad y en los grupos de poder.
fermo@intelnet.net.gt
Tal circunstancia en Guatemala es visible durante el desarrollo de la vida diaria, pero… es más visible cada cuatro años, cuando el cambio de personas y/o dirigentes en la administración del país lleva a la sustitución de empleados, funcionarios, colaboradores, asesores, allegados, achichincles y soba levas que durante el período gubernamental se han distinguido como personas dignas de su empleo o bien como abyectos declarados.
Se cumplen los primeros cien días de Gobierno del nuevo equipo administrador del país, y como es natural, ya principiaron a brillar algunos personajes con sus luces y sus sombras; con su iniciativa de trabajo y con la displicencia de nuevos usufructuarios del poder; con la prepotencia y abuso de autoridad y con la corrección medida en sus acciones que motivan a la resolución de problemas sociales.
De todo hay en la viña del Señor, reza un adagio popular y en la actual administración ya vemos como a pesar de las denuncias públicas, algunos funcionarios señalados de corrupción siguen campantes desarrollando sus labores con más engreimiento; los hay también quienes haciendo gala de modestia y de capacidad están llevando su trabajo por el sendero adecuado.
Lástima que -como siempre, cada cuatro años- los abyectos utilicen los medios y recursos estatales para tratar de engrandecer las acciones simples y hasta sosas de personas que por su vinculación directa con los actuales gobernantes, creen ser los “elegidos de Dios” para dirigir los destinos de país, léase ministros, viceministros, secretarios, gobernadores, diputados, alcaldes y hasta “alcaldes auxiliares”.
ABYECTO de acuerdo al DRAE, es una palabra derivada de su original latina “abiectus” derivada a su vez del verbo abiicere, que significa: rebajar, envilecer. Es un adjetivo que califica a quien se les aplica como Despreciable, vil en extremo. Por otra parte, la palabra DIGNIDAD significa: Excelencia, realce. Gravedad y decoro de las personas en la manera de comportarse. Cargo o empleo honorífico y de autoridad.
CIEN DÍAS, en este lapso hemos principiado a ver las conductas personales de educación, trato, respeto, malacrianza, descortesía, amabilidad, respeto, diligencia, ignorancia, certeza y dignidad de los dirigentes de la nueva administración pública y con ello podemos ya calificarlos tal y como se lo merecen.
PERO… tal calificación es PERSONAL hacia los funcionarios y/o empleados, no es en general para el equipo gobernante, porque así como los hay dignos, buenos y honrados por sus buenas obras, otros brillan por su pasado cuestionado por diversas razones. ¿Están cumpliendo con lo ofrecido en campaña? JUZGUE el pueblo de Guatemala.