Digna de aplausos es la verdad


En la edición del 16/12/2009, Diario La Hora destaca en primera plana el titular: BANGUAT ve incierto el panorama para el 2010. Marí­a Antonieta de Bonilla, presidenta de la Banca Central y de la Junta Monetaria, así­ lo expresó a los medios. Atribuido a que el Estado tendrá el mismo presupuesto del 2009, pese a una leve recuperación en el futuro.

Juan de Dios Rojas

Nada tendrí­a de particular ese hecho, de no ser que en sus declaraciones hay verdad, digna de aplausos con las dos manos. Acostumbrados como estamos al mero bla, bla, bla, médula de publicidad hasta la médula de los huesos, de parte del Gobierno y sus ministerios, inclusive provenientes de otros organismos, tal suceso se sale de dicha rutina.

Siempre estimamos ser función principal hablar con los pies sobre la tierra. Lo contrario representa vivir en una nueva galaxia, más allá de las nubes. Con fines de expandir cortinas de humo a ojos vista, u obnubilar a la población, en realidad ya no muy dada a tragarse la pí­ldora. Empero la tendencia aludida continúa campante, a costos elevados.

Hay un señalamiento bí­blico que encierra sabidurí­a, apelar a la conciencia también, que reza: «Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres». Enseñanza puntual permanente, naturaleza de auténticos cimientos acerca de la personalidad, así­ tenga la función que compete en el colectivo. Y en el presente caso referente sin duda al desempeño público.

El punto opuesto, a lo largo y ancho del entorno de cualquier í­ndole, podemos fácilmente localizarlo en demasí­a en ciertas palabras de un nefasto personaje nazi. El tristemente célebre ministro de Propaganda doctor Goebles, solí­a recalcar: «Mentir, mentir y mentir, hasta que la mentira parezca verdad». Durante los años de la II Guerra Mundial, eso hizo historia.

Al retornar al tema central de la presente columna, retomamos los criterios de Bonilla, ubicados en la cotidianidad del campo económico. Una vez más aludo a sus enfoques, cuando las expectativas cifran del mismo modo una leve esperanza, esperanza al fin de la ciudadaní­a. Sostiene que la polí­tica fiscal pueda mantener un sesgo moderado, anticí­clico.

No esconde cifras que se prevén, en relación a la caí­da de la actividad minera en 1%; la actividad de la construcción un 13% y el comercio que inclusive es posible tenga una picada, cuesta abajo al 1.6%. Da visión positiva a tiempo de mencionar otros sectores del orden del Producto Interno Bruto (PIB), con crecimiento real menor al del 2008.

Acepta por consiguiente que la creación del empleo podrí­a ser lenta, lo cual repercute de inmediato en mantenerse altas tasas obviamente de desempleo. Su resultante inmediato viene a ser, no nos andemos por las ramas, en la repercusión inevitable y en porcentuales considerables, en el consumo y el mercado de crédito, ambas cuestiones fundamentales.

No hace falta ser académico, de una hoja de vida deslumbrante, para percibir nuestra situación presente. Creo los niños ahora con estimulación temprana lo saben, ven y comprueban. Entre otras cosas el alto costo de la vida apabullante, y por ende el ejemplo sencillo, que nada existe ya a moverse en la economí­a del centavo.

Una cosa trae otra, invariablemente. Este ritmo continúa en ascenso también con un quetzal los pequeños e indigentes, a nada accesan, no digamos amas de casa, peor aun, jefes de hogar. Por lo tanto la ciudadaní­a intuye que el panorama es sombrí­o para el presente año 2010. Lo demás son tortas y pan pintado, el resto anda perdido muy lejos.

Es deseable que la actitud en base a la verdad, de Marí­a Antonieta de Bonilla, sea punto de partida para quienes se encuentran transitoriamente en las alturas sigan su ejemplo. No nos conocemos con la estimable dama, que merece respeto, tampoco me mueve interés alguno ni tampoco hay tendencia a convertirme en un servil. Uso la libre expresión del pensamiento.