Dificultades de la Iglesia para reaccionar


Oscar-Clemente-Marroquin

Durante décadas enteras la postura del Vaticano frente al problema de los abusos sexuales, cometidos por unos pocos sacerdotes, fue la de la absoluta y contundente negación, culpando a la prensa de armar escándalos para dañar la imagen de la Iglesia. Afortunadamente el Papa Benedicto XVI ha sido mucho más sensato y, aunque tarde, no sólo ha reconocido el daño que causan religiosos que investidos de autoridad moral hacen tanto daño a personas inocentes, sino que ha pedido perdón por la actitud de la jerarquía.

Oscar Clemente Marroquín
ocmarroq@lahora.com.gt


Pero es indudable que sigue existiendo una actitud irracional de algunos que la tienen contra la prensa, considerando que el problema no es el abuso ni el mal comportamiento de los curas, sino que se publiquen noticias relatando esos hechos. El pasado domingo, según me cuenta una persona que asistió a la misa dominical en una parroquia de Miami, el sacerdote se quejó de que nunca se publica que a esa parroquia llegan frecuentemente sacerdotes de otros países a realizar misión pastoral. Eso nunca ocupa las primeras páginas, dijo el cura, pero en cambio las fotos del obispo argentino en situación escandalosa, ocuparon lugares preferentes en la prensa del mundo.
 
 Por fortuna el Vaticano no tuvo la misma actitud del cura de Miami y aceptó ipso facto la renuncia presentada por el obispo que era, además, Presidente de Cáritas para América Latina y quien tenía un futuro ascendente en la jerarquía de su país. Por supuesto que las fotos de un obispo en traje de baño, haciendo arrumacos con una mujer en bikini, constituye una noticia porque es algo que se tiene que considerar como fuera de lo común. Si todos los obispos tuvieran queridas y se exhibieran públicamente con ellas besándolas en ropa de baño, por supuesto que ya nadie daría importancia al hecho y quedaría relegado como queda la información, si es que la trasladan a los medios, de aquellos curas que llegan de lugares lejanos a una parroquia de Miami para aprovechar a hacer turismo y, de paso, realizar alguna función pastoral u oficiar alguna misa.
 
 Ese espíritu de negación de la Iglesia ha sido catastrófico en los últimos meses, ante las filtraciones de información en el Vaticano que dan cuenta de un enfrentamiento terrible entre el cardenal Bertone, Secretario de Estado, y el Pontífice. En el pleito ya rodó la cabeza, figurativamente hablando, del Presidente del Banco del Vaticano, un acaudalado miembro del Opus Dei al que sindicaron de tener negocios sucios con la mafia siciliana. Y para componer las cosas, el mismo cardenal Bertone contrató al corresponsal de la cadena norteamericana FOX, la más tendenciosa de todas las empresas informativas del mundo, que es también miembro del Opus Dei para que se haga cargo de las comunicaciones y del manejo de la crisis informativa que hay en el Vaticano.
 
 No hay mejor antídoto contra las filtraciones y contra los chismes que la pura y auténtica verdad. Falta ver si alguien que ha trabajado casi un cuarto de siglo para la cadena de Murdoch tiene la capacidad y objetividad para manejar una crisis de tal envergadura que es alimentada por filtraciones que no se han probado falsas.
 
 Pero mientras persista esa absurda postura de negación que ve por todos lados conspiraciones, al punto de que en el mismo Vaticano dicen que se ha creado una novela tipo el Código Da Vinci de Dan Brown, y se siga con la tendencia de querer culpar a la prensa en cumplimiento de aquella máxima de que querer controlar el mensaje matando al mensajero, no habrá quién pueda contener el flujo de noticias escandalosas porque el escándalo existe, está allí y la prensa no hace más que recogerlo.