De acuerdo con Karla Hernández, jefe De Residentes del Hospital Roosevelt, la situación que viven las madres que llegan a este centro de salud es difícil ya que encuentran dificultades para transportase al hospital cuando van a dar a luz, además de que muchas no cuentan con el dinero suficiente para comprar los medicamentos que se les recetan.
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Según Hernández, al ser un hospital gratuito el presupuesto del mismo se destina a las consultas y servicios pero no cuentan con la capacidad de proveerle a cada paciente de los medicamentos que necesita.
Esta situación, según el informe entregado por Save The Children esta semana, parece aumentada con lupa ya que Guatemala ocupa el puesto 128 de los 176 países que conforman la lista de los países considerados como los peores lugares para ejercer la maternidad, esto debido a las complicaciones sociales y económicas que sufren las féminas.
Sólo el último mes, el Roosevelt atendió a 853 mujeres en labor de parto, aun cuando solo cuenta con 180 camas en el área de maternidad, de las cuales se restan 25 que están destinadas al área de ginecología.
Según Gladys Ignacio, jefa de Enfermeras, la atención que se le da a cada madre que llega tiene un costo de aproximadamente mil quetzales, por lo que si se multiplica por un mes o por un año el resultado invertido solo en atención a partos seria de 6 millones de quetzales, cifra que no se mantiene ya que el promedio de mujeres a las que atienden va de 400 a 900 pacientes por mes.
MAMÁ PRIMERIZA
Con apenas 20 años, Aura Leticia Cil, ya es madre primeriza. De acuerdo a Cil, la experiencia de ser madre es única, hermosa, situación que ahora valora mucho más ya que desde el inicio de su embarazo tuvo señales de aborto.
La paciente refirió que la atención en el hospital a veces es mala ya que se atiende a demasiadas personas. Asimismo, recordó una ocasión en que fue al hospital para su consulta prenatal, pero por sobrepoblación la remitieron al Hospital General San Juan De Dios. El tema de la atención a las madres se vuelve delicado sobre todo si ésta está en riesgo de aborto.
Al igual que Leticia, muchas mujeres llegan todos los días para dar a luz. En las habitaciones caben de seis a siete pacientes, a quienes las enfermeras dan una inducción sobre los cambios del cuerpo, de la primera leche y del cuidado de la alimentación, información que muchas de estas mujeres, que no son madres por primera vez, desconocen.