Diez años sin polí­tica quinquenal



Cuba cumple este lunes 10 años sin que el Partido Comunista (PCC) celebre el congreso en que deberí­a trazar la polí­tica económica y social del paí­s cada quinquenio, y su realización parece improbable mientras Fidel Castro continúe una convalecencia que ya dura 14 meses.

«Es improbable que se celebre mientras Fidel no esté condiciones de estar en la reunión fí­sicamente, aunque no haya retornado al Gobierno», dijo a la AFP un académico cubano que prefirió no revelar su nombre.

El V Congreso del PCC se realizó del 8 al 10 de octubre de 1997, conmemorando los 30 años de la muerte de Ernesto Che Guevara. Este lunes, en cambio, se recuerdan los 40 años del mismo acontecimiento sin que se hable de un nuevo encuentro.

La Constitución vigente reconoce al PCC como «fuerza dirigente superior de la sociedad y el Estado» y los estatutos del Partido prevén que los congresos sean «regularmente cada cinco años» y aprueben «lineamientos y programas estratégicos para el desarrollo económico, social y cultural» del paí­s.

El IV y V congresos estuvieron perfilados a salir del hueco de la crisis económica de los 90 que originó la desaparición soviética. El VI deberí­a delinear las lí­neas de desarrollo económico y social, un modelo que, según los dirigentes, no será el chino.

En un histórico discurso en la Universidad de La Habana en noviembre de 2005, Castro llamó a reflexionar y evitar la autodestrucción de la Revolución, carcomida por la corrupción, la burocracia y el mercado negro.

«El problema es qué socialismo queremos, hacia dónde vamos», señaló el académico quien opina que ni la disidencia interna o el exilio en Miami tienen un programa alternativo al que prepara Raúl Castro, que gobierna desde el 31 de julio de 2006 ante la enfermedad de su hermano Fidel.

Raúl convocó a reuniones en el PCC para plantear con «valentí­a y sinceridad» los principales problemas, proceso que se generalizó a los centros de trabajo y otras instancias.

Muchos cubanos tienen esperanzas en ese mapeo de la realidad del paí­s, mientras otros estiman que se trata de una saludable «catarsis» social, ya realizada otras veces sin resultados tangibles.

Uno de esos procesos fue en 1991, previo al IV Congreso. Los cubanos no supieron sus resultados, pero el PCC aprobó varias flexibilizaciones en materia de religión y otras. Un año después comenzó la reforma económica.

«El resultado de esta encuesta podrí­a ser insumo para un Congreso, o para medidas inmediatas que alivien las cuestiones más irritantes a la población», opinó una economista, quien pidió no ser identificado, y quien estima que cambios estructurales en la economí­a requieren un proceso más meditado.

La resolución del V Congreso parece una lista de asignaturas pendientes. La eficiencia como elemento central de una polí­tica que pide más calidad en la producción, disciplina laboral, ahorro, desarrollo energético y sustitución de importaciones.

Pero ya en el 1997 el PCC quebró lanzas por la «empresa estatal socialista» y comenzó a frenar las reformas pues genera «problemas ideológicos serios por las desigualdades que crea».

«Hay un debate que incluye hasta el tema de la propiedad», dijo la economista. «Se trata de aceptar que la propiedad socialista no tiene que ser necesariamente estatal, como se ha aplicado en Cuba, puede ser cooperativa, comunal».

Algunos creen que Cuba está abocada a una reestructura gubernamental en 2008 y que pueden ser aprobadas medidas que deroguen limitaciones y prohibiciones irritantes a la población.

«Pero el Congreso no parece venir por ahora», opinó el académico y recordó que según los estatutos debe ser convocado con un mí­nimo de seis meses con agenda definida.