Cuando bien sabemos que el gobierno de Colom para todo responde que no hay dinero para medicinas en los hospitales, para arreglar carreteras o para componer las coladeras de los techos de tantas escuelas, resulta dramático comprobar que sí lo hubo para que el Ministro de Finanzas se gastara cientos de miles de quetzales para publicar páginas enteras en la prensa dizque explicaciones, muy a su manera, sobre cuál ha sido la política fiscal del actual gobierno. Lo que más duele, es pensar que todo ese dinero mejor hubiera sido empleado en sinfín de cosas mucho más útiles para la gente pobre, esa misma, a la que tanto se manipula, la que también expresa a grito pelado por nuestras calles y avenidas impidiéndole a los que no tienen ninguna culpa la libre movilización.
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Aparte del derroche, lo que no se menciona, sería larguísimo enumerar tantas contradicciones encontradas en la referida publicación, por lo que basta citar algunas relevantes. Por ejemplo, dice el ministro de Finanzas en el inciso b) del primer párrafo, que una de las áreas de la acción del Estado es “La definición de lineamientos que orienten la manera en que se gastan los recursos obtenidos (política de gasto público)†y yo me pregunto: ¿el haber derrochado en propaganda electorera por varios años habrá sido una sana orientación de los mismos?
Por otra parte indica que la articulación de tres áreas, siendo una de ellas la que antes cité: “tiene un impacto significativo sobre el desempeño de la economía nacional y de esta suerte, la preocupación de los responsables de la política fiscal ha girado en torno a generar recursos suficientes que permitan al Estado cumplir con sus funciones y atender las demandas sociales…†¿y qué resultados habrán logrado con la política de desvestir cuánto santo encontraron para vestir al de la Doña, lo que al fin de cuentas no funcionó ante la ambición desmedida que le impidió ver la absoluta ilegalidad de sus pretensiones presidenciales?
Estuve rebuscando entre la docena de párrafos que consta la referida publicación, la que aparte de solo tratar de justificar las reiteradas demandas de más fondos para sustituir a los desviados tantas veces para otros fines, si por casualidad, por algún lado, mencionaba las acciones más importantes para cualquier gestión gubernamental de fondos, como lo son: el combate eficaz al contrabando, a la corrupción, como la racionalización y priorización del gasto público. De eso, no se dice nada.
De ahí que provocado por las desacertadas medidas financieras del actual gobierno, a la población económicamente activa del país no le ha quedado más remedio que enarbolar al unísono la bandera de la exigencia para que, hoy más que nunca, Colom tenga que actuar con excesiva moderación, prudencia y si se quiere ¡Con absoluta austeridad! Pues suficientes problemas está dejando para que siga sumando más.