Dí­as de novelas


DESDE LA REDACCIí“N

La debilidad del sistema de justicia y lo permisivo que se ha convertido permite esquivar los procesos, bueno, siempre y cuando haya suficiente capital para convencer a los jueces para emitir medidas sustitutivas y pagar fianza para no irse a prisión.


El jueves pasado, el socio fundador del desaparecido Banco del Café, S.A., Eduardo González Rivera, decidió presentarse ante la justicia. Su supuesta buena intención fue recompensada con el otorgamiento de la fianza de 500 mil quetzales y con ello no ser enviado a prisión preventiva.

El juzgado lo ligó a proceso por el delito de caso especial de estafa, luego que el Ministerio Público lo sindicara en la autorización en conjunto con el Consejo Administrativo del desaparecido banco y recapitalizar una offshore que se encontraba en quiebra.

Transacciones que llevaron al precipicio al que ocupara el tercer lugar en el ranking de mejores bancos del paí­s y dejó sin su capital a centenares de cuentahabientes. Las entregas como éstas se han vuelto comunes.

Quizá sea que los sindicados no soporten la presión social y la responsabilidad de dar cuentas de cierta cantidad de dinero o magnicidios. Esto último ocurrió con Manolito Castillo, quien de pronto imaginó que una entrega voluntaria servirí­a para buscar una onerosa fianza y quedar libre, ligado, pero libre.

Lo mismo ocurrió con Raúl Girón, el gerente de la casa de bolsa Mercado de Futuros, S.A., responsable final de la desaparición de los Q82.8 millones invertidos por el Congreso, dinero que ocupa ya los bolsillos de alguna persona.

Girón llegó primero a la Procuradurí­a de los Derechos Humanos, PDH, para solicitar protección especial y acompañamiento para entregarse a la justicia. No soportó ver la exigencia ciudadana y su fotografí­a colocada en las autopatrullas.

El empresario, con pelo largo y bigote descuidado, quedó ligado al proceso y actualmente ocupa una celda en el Preventivo de la zona 18.

Dí­as de novelas se han vivido en los últimos dí­as. En casi una semana, varios casos coincidieron en desenlaces similares: El desví­o de fondos del Congreso, el asesinato de los tres diputados salvadoreños y Bancafé.

Los resultados, para la población pueden ser positivos y su balance es satisfactorio. Habrá que esperar si todos al final tienen alguna asociación tras bambalinas y las negociaciones coincidan de maneras inimaginables.

Los analistas llaman a estos acontecimientos «cortinas de humo», y entonces es de soplar al viento y esperar que vayan saliendo las verdaderas caudas de tan exitosos resultados. Mucha coincidencia es sospechosa, cuando la justicia en Guatemala tiene tan mala reputación.

POR REDACCIí“N LA HORA

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