«Dí­as Amarillos» de Javier Payeras


Mariano Cantoral

La narración de un escritor que empujado por el desempleo y sus tribulaciones, acepta trabajar en el periódico más amarillista del medio.


«Dí­as amarillos» (Magna Terra Editores), el nuevo libro del escritor guatemalteco Javier Payeras (1974), que recientemente fue presentada en el «Bar Terraza» del Centro Cultural Miguel íngel Asturias, es una narrativa que ofrece varios apartados para cada estado de animo, que puede ir de la depresión degradante, a lo jocoso hilarante, toda la desventura de un tipo quien no menciona su nombre, se desparrama en primera persona con una tinta constante, una misma voz, una misma ciudad incompresible e incomprendida, un propio pigmento, esta vez con más bilirrubina, identificable y agradecida por los lectores de «Ruido de Fondo» (2006) y «Soledadbrother» (2003).

La naturaleza despedazada de una narración, con escasos diálogos minimalistas, fragmentada por los mismos héroes que le dan vida a una trama que se compone de otras tramas menores como la presencia algunos personajes insólitos (el detective Washinton Chicas, el fotógrafo Antenógenes, Amilcar Pacheco, la Shakira y demás repertorio común y extraño) que durante su presencia tan insulsa, simpática, graciosa y existencial, pudieron ser, y de hecho lo son, tan protagonistas como el narrador, el centro de la ciudad y las drogas.

«Dí­as amarillos» merece eso, una visión tan inconclusa como la de sus capí­tulos y tan efí­mera como la de sus personajes, una interpretación multidisciplinaria de las ciencias sociológicas, psiquiátricas y psicotrópicas.

Una sobredosificación del existencialismo, mas allá, probablemente, del prescrito por CAMUS, SARTE, HESSE, ¿quién supondrí­a que serí­a en Guatemala, donde se escribirí­a un «Dí­as Amarillos»?, pensándolo bien, debí­a ser escrito aquí­ o aquí­, y por una entidad literaria tan citadina como Javier Payeras.

En un derrotero aleatorio por alguna de sus 95 páginas, el narrador, un rebajado escritor «vivido» que además no se guarda «su vida» que resulta ser, entre tanto ruido, romántica, melancólica y transformada en la de un periodista amarillista, oficio en el cual trata de hallar la panacea para su existencia, nos ofrece encantadoras y acostumbradas noticias y escenas «chuscas, malolientes, sobre crí­menes, ovnis, profecí­as, mutilaciones, violaciones» (Tercer párrafo, pág. 7), barajada con una cronologí­a fechada y progresiva que justifica su in_justificado vida-destino/destino-vida «miserable, su estadí­a en lugar sucio, su pauperismo, su incomprensión, su vida merecida». (Paráfrasis del segundo párrafo, pág. 23).

«Dí­as amarillos» trata de un asalariado inconforme, de un observador pasivo, que no consume irreflexivamente los dí­as, que juega a trocear un sistema enraizado, un hombre tan real como surrealista, que perfectamente puede ser el arquetipo de toda una clase social de algún «lindo paí­s» como el ¿nuestro?, un empleado asalariado, un desempleado espiritual, escéptico, y a veces osado:

«A las personas que he conocido nos les gusta la honestidad «brutal»; esa que se inyecta de frente y pasa tan espesa como aceite por las venas. A nadie le gusta que le digan que es un mediocre o que las cosas las hace mal. A nadie le gusta enterarse de su fracaso»

(Segundo párrafo, pág. 68).

La obra es una biografí­a de un pueblo precivilizado (no se menciona el nombre pero se intuye su ubicación), una polaroid que se nos revela diariamente, segundo a segundo, instantáneamente, pero que no todos transfiguramos en arte, en este caso el de la palabra:

«Creo que si no fuera por los homies, los rockeros serí­an el grupo mejor organizado que existe en todo el paí­s». (Segundo párrafo, pág. 55).

«Dí­as amarillos», una tragicomedia new age, la voz de un superhéroe de la soledad en la ciudad, a quien su ictericia, su desempleo imaginario como informador escandaloso, su lucha por la supervivencia y por lo imperdurable, le importa poco y a la vez demasiado.

«Dí­as amarillos», no es una novela fantasiosa ni pretensiosa ni común, es una novela de realidad atroz, de denuncia a la industria del miedo, de rarezas en cantinas, de burocracia emergente, de humor negro mezclado con el amarillo de los dí­as, de concursos de bajeza, de erotismo combativo, de sub y contraculturas, de oficios otrora dignos, de edificios otrora colosales, de buses y calles peligrosas y sucias, de merolicos charlatanes y funcionarios públicos, de mutilados, de corrompidos, donde a las «cosas» se les nombra coloquial y «vulgarmente», como realmente es, y no como precisan los registros ilustrados, entiéndase tratados, enciclopedias y diccionarios:

«Sin embargo, habí­a algo que me tení­a molesto, me irritaba todo ese trámite, y toda esa cursilerí­a para hacer algo tan común como coger». (Sexto párrafo, pág. 72).

Pretender un argumento único y convencional con «Dí­as amarillos», es querer licuar los evangelios para obtener una única materia moralizante, altisonante, crónica y en crisis.

En el semanario «LA ALERTA», los muertos se fotografí­an muertos y no medios vivos, la existencia no se engalana, y de tan sensacionalista termina siendo sensacional.

SEMBLANZA


Javier Payeras es escritor guatemalteco, nacido en 1974. Ha incursionado en la narrativa, poesí­a y ensayo literario. Cada miércoles, publica su columna «El intruso» en el matutino Siglo XXI.

Ha compartido su actividad como escritor con la promoción cultural, coordinando varios proyectos y eventos artí­sticos. Actualmente, es el coordinador del Proyecto CREA de promoción de artistas recientes.

Además, publica en su bitácora personal javierpayeras.blogspot.com y soledadbrother.blogspot.com

OBRA

· Lecturas Menores / Ensayo / Editorial Cultura 2008, Guatemala

· (…) y once relatos breves / Cuento/ Editorial librosminimos.org

· Afuera / Relato (Mención honorí­fica Premio Nacional de Novela Corta «Luis de Lión, 2005) / Editorial Magnaterra 2006, Guatemala

· Ruido de Fondo / Novela corta / ( 2da edición ampliada con una breve selección de poemas y 3 estudios a cargo de Oswaldo Zavala, Francisco Alejandro Méndez y Fernando Feliu-Moggi) Colección «Mar de Tinta», Editorial Piedra Santa, 2006, Guatemala

· Poesí­a Incompleta / Poesí­a / antologí­a en libro digital diseñada por el poeta argentino Juan Daniel Perotta y distribuida en www.rusticatio.com , 2006, México-Argentina

· Soledadbrother y otros poemas / Poesí­a / Editorial Cultura, 2003, Guatemala

· Ruido de Fondo / Novela corta / (1era edición) Editorial Magnaterra, 2003, Guatemala

· Raktas / Poesí­a / Editorial X, 2001, Guatemala

· (…) y once relatos breves / Cuento / Editorial X, 2000, Guatemala