Dí­a de duelo y de difí­ciles búsquedas


Pakistán viví­a hoy una jornada de duelo y buscaba con dificultad, bajo fuertes lluvias, las cajas negras del avión que se estrelló ayer a las afueras de Islamabad dejando 152 muertos.


Los socorristas esperaban que cesaran las lluvias torrenciales del monzón sobre la capital paquistaní­ para continuar la búsqueda en las colinas de Margalla, donde el Airbus A321 de la compañí­a Airblue se estrelló el miércoles en la mañana y donde sus restos calcinados quedaron desparramados.

Las banderas nacionales ondeaban a media asta en todos los edificios públicos de Pakistán con motivo de la jornada de duelo nacional decretada por el gobierno, un dí­a después del accidente de aviación más letal en el paí­s desde hace 18 años.

El presidente estadounidense Barack Obama presentó sus «condolencias» a las familias y allegados de las ví­ctimas.

Otro tanto hizo el presidente chino Hu Jintao. El secretario general de la ONU Ban Ki-Moon expresó por su parte su «inmensa tristeza».

«Los equipos de socorro reiniciarán sus operaciones en cuanto cese la lluvia», declaró a la AFP el jefe de la policí­a de la ciudad, Bani Amin, encargado de supervisar las búsquedas.

«Tenemos que ubicar las cajas negras del aparato» que ayudarán a determinar las causas del accidente, agregó.

Los investigadores esperan que los parámetros de vuelo y las grabaciones de las conversaciones permitan determinar las causas exactas del accidente del Airbus A321, un aparato nuevo (de unos 10 años) en manos de un piloto experimentado.

El avión de la compañí­a Airblue, que habí­a despegado en la mañana del miércoles de Karachi (sur), se desvió de su plan de vuelo cuando debí­a aterrizar en el aeropuerto Benazir Butho de Islamabad, en momentos en que lloví­a y con visibilidad reducida.

El aparato sobrevoló la ciudad a una altura inusualmente baja, según numerosos testigos, antes de estrellarse contra las colinas vecinas de Margalla.

El gobierno indicó que no excluí­a ninguna hipótesis, incluidos un ataque terrorista o un sabotaje, pero no hizo declaraciones en este sentido.

Además de las cajas negras, los socorristas esperan «localizar documentos u otros objetos pertenecientes a los pasajeros, que serán muy útiles para ayudar a identificar a los cadáveres», precisó el jefe de la policí­a.

Los cuerpos, o lo que queda de ellos, están en tal estado que será necesario efectuar exámenes de ADN para identificar a buena parte de las ví­ctimas, habí­a anunciado el miércoles Mahmood Jamal, jefe del principal hospital de Islamabad.

«Quizás encontraremos otros restos de cuerpos durante las búsquedas, pero todo depende de la lluvia», agregó Bani Amin.

«Responsables de nuestro servicio escucharon una enorme explosión en las colinas de Margalla. Cuando llegué, vi una enorme bola de humo y fuego y grandes trozos del avión que rodaban ladera abajo», habí­a relatado Haji Taj Gul, un policí­a de servicio en la zona.

Airblue es una de las compañí­as más prestigiosas de Pakistán, donde sus aviones realizan vuelos entre las principales ciudades desde 2004, además de cubrir algunos destinos en el extranjero (Dubái, Sharjah, Abú Dabi, Mascate y Manchester).

Pakistán no habí­a conocido accidente de avión tan letal desde septiembre de 1992, cuando un Airbus 300 de la compañí­a nacional PIA se estrelló al aproximarse a la capital nepalesa, Katmandú, con un saldo de 167 muertos.