El conflicto agropecuario ingresaba hoy en una jornada clave con millares de productores en rebeldía fiscal a la vera de las rutas de Argentina amenazando volver a la huelga, si no avanzan las negociaciones entre el gobierno y dirigentes del campo.
Los representantes de las cuatro entidades rurales en rebeldía volvían a reunirse hoy con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, en un clima de escasas expectativas por parte de los productores, que se mantienen desde el fin de semana movilizados al costado de las carreteras.
Los agricultores quieren que el Gobierno modifique un programa de «retenciones» (impuestos) a las exportaciones de granos, en especial la soja, principal producto de exportación de Argentina, cuyo anuncio desencadenó en marzo una dura huelga de tres semanas con bloqueos de unas 400 rutas.
El malhumor de los productores empeoró ayer, luego de que el Gobierno anunciara medidas para reabrir las exportaciones de carnes bovinas congeladas y subsidiar a los pequeños productores de soja, que fueron consideradas insuficientes por los agricultores.
Si las conversaciones fracasan hoy, la decisión de las asambleas que nuclearon a miles de agricultores el fin de semana será volver a cortar las rutas, aunque desestimaron provocar desabastecimiento de alimentos, como ocurrió durante la pasada huelga.
La puja se está librando por definir quién se queda con la mayoría de la renta de la soja, cuya cosecha fue calculada este año en unos 24 mil millones de dólares, de los cuales el gobierno espera recaudar unos 11 mil millones en impuestos.