La posibilidad de que los europeos se alíen con el FMI para rescatar a la endeudada Grecia y frenar las amenazas que planean sobre la Eurozona recababa el miércoles un apoyo creciente entre los países que comparten la moneda única, la víspera de una cumbre de la UE.
La aprobación de un plan de ayuda mixta, que según fuentes diplomáticas ha sido elaborado principalmente por París y Berlín, contentaría a los integrantes de la Eurozona, que en los últimos días se enzarzaron en una batalla pública entre partidarios de apoyar directamente a Grecia con préstamos bilaterales y sus oponentes, a la cabeza de éstos Alemania.
La explosiva deuda griega ha sembrado la desconfianza en los mercados sobre el conjunto de la zona euro, hasta el punto de poner en peligro su estabilidad.
Atenas reclama desde hace semanas el apoyo de sus socios europeos con la aprobación de un mecanismo financiero en la cumbre de líderes de la Unión Europea (UE) del jueves y el viernes en Bruselas, que le permita tomar dinero prestado a una tasa de interés mucho menos elevada a la que paga actualmente.
Las reticencias de Berlín a dar su visto bueno, motivadas en gran parte por una opinión pública que considera que no tiene por qué cargar con una crisis presupuestaria ajena y exacerbada por problemas de corrupción y mala gestión, estaría precipitando una solución de compromiso que incluye al FMI.
«Es posible una solución de síntesis», que se basaría en un mecanismo de ayuda financiera a disposición de los países en apuros de la Eurozona y al que Grecia tendría acceso, junto a préstamos del Fondo Monetario Internacional (FMI), declararon el miércoles a la AFP fuentes diplomáticas.
No obstante, la intervención del organismo internacional en el rescate de un país de la zona euro decepcionó el miércoles a los mercados, que interpretaron esa opción como una señal de «debilidad» de la política europea, según Ulrich Leuchtmann, analista de Commerzbank.
Prueba de ello, la moneda única se situó el miércoles en Londres por debajo de 1,34 dólares, por primera vez en más de diez meses, arrastrada además por la rebaja de la nota de la deuda a largo plazo de Portugal que publicó la agencia Fitch, dando nuevos motivos de preocupación a los 16 países de la Eurozona.
Pese a que los déficits públicos estallaron en el conjunto de los miembros de la zona euro con la crisis económica mundial, que obligó a los gobiernos a echar mano de sus arcas para lanzar masivos planes de rescate, Alemania ve con preocupación la situación extrema de países como Grecia.
Atenas se enfrenta a una deuda cercana a los 300.000 millones de euros (406.000 millones de dólares), con un déficit público que alcanzó el 12,7% del Producto Interior Bruto (PIB) en 2009, muy por encima del 3% autorizado por Bruselas.
La jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, que el 9 de mayo tiene una cita con los electores en unos comicios regionales claves para su partido, defiende que si cede y aprueba una ayuda a Grecia, ésta deberá ir acompañada de un compromiso de sus socios de endurecer las reglas de disciplina presupuestaria contempladas en el Pacto de Estabilidad de la UE.
«De esta crisis, la lección que sacamos es que las reglas del Pacto de Estabilidad no son suficientes a largo plazo, por eso queremos reforzarlas», declaró su ministro de Finanzas, Wolfgang Schí¤uble, dejando planear la amenaza de sanciones contra los Estados laxistas.
El mecanismo que se negocia para Grecia podría ser acordado el jueves por la mañana en Bruselas en una cumbre de dirigentes de la Eurozona, cuya celebración está todavía por confirmar.
La Comisión Europea, órgano ejecutivo de la UE, llamó el miércoles a los Estados miembros a aprobar esta semana un plan «dirigido por Europa».