En un rudo golpe a las cinco familias del crimen organizado en Nueva York, agentes federales detuvieron a un centenar de presuntos mafiosos en todo el noreste del país, a los que acusaron de asesinato, extorsión y narcotráfico, entre otros delitos.
Entre los presos figuran el presunto líder de la familia mafiosa Patriarca, de Nueva Inglaterra y otro mafioso de jerarquía.
La procuraduría federal en Providence, Rhode Island, dijo que Luigi Manocchio fue arrestado ayer en el balneario de Fort Lauderdale, Florida. El presunto capo está acusado de recaudar fondos extorsivos de dueños de clubes de desnudistas.
Otro arrestado fue Thomas Ifrate, contador de varios clubes nocturnos de Providence, acusado de entregar fondos a Manocchio.
La ola de arrestos fue la culminación de una serie de investigaciones. Las pesquisas federales con ayuda de arrepentidos han diezmado las filas de la mafia y resultado en largas condenas de cárcel para varios capos.
El viernes pasado, un juez federal en Brooklyn condenó a John «Sonny» Franzese, de 93 años de edad, a ocho años de prisión por extorsionar a clubes nocturnos y una pizzería en la zona de Nueva York.
Los fiscales habían pedido un mínimo de 12 años para el subcapo de la familia mafiosa Colombo, lo que constituía en los hechos cadena perpetua. Un agente del FBI declaró en el juicio que Franzese se jactó de haber matado a 60 personas y en una ocasión contempló ordenar la muerte de su propio hijo por cooperar con el gobierno.
En octubre, el arrepentido Salvatore Vitale fue condenado al tiempo cumplido en la cárcel, luego de entregar a todos los miembros de su organización y pedir perdón a los familiares de sus víctimas. Las autoridades lo acusaron de participar en por lo menos 11 asesinatos.
Las pruebas obtenidas después de su arresto en 2003 ayudaron a diezmar a la antes aterradora familia mafiosa Bonnano, dijo el fiscal federal Greg Andres.
«La mafia hoy es más débil gracias a su cooperación», dijo Andres. «El señor Vitale nos dio pista tras pista… Los resultados son elocuentes».