La cúpula golpista de Tailandia anunció hoy que mantendrá detenidos durante una semana a la ex primera ministra Yingluck Shinawatra, miembros del gabinete y dirigentes de las protestas antigubernamentales para darles «tiempo de que reflexionen», así como para mantener la calma en el país.
El concejo de la junta militar también disolvió el Senado hoy, quitando así la última institución democrática que quedaba en el país, y dispuso que los profesores universitarios abiertamente críticos se presenten ante los militares.
La medida al parecer está dirigida a impedir que algún dirigente político o personalidad instigue oposición hacia el mando militar, que tomó el poder el jueves luego de protestas callejeras, a veces violentas y de un estancamiento en la disputa entre el gobierno elegido y los manifestantes apoyados por la élite de Tailandia, en una crisis que ha durado meses.
Por segundo día, cientos de manifestantes antigolpistas desafiaron la prohibición que el mando militar impuso contra las grandes movilizaciones y gritaron lemas y agitaban carteles afuera de un cine en Bangkok antes de dirigirse hacia el Monumento de la Victoria, un sitio emblemático de la ciudad, a unos nueve kilómetros (5,6 millas) de distancia.
Los manifestantes brevemente enfrentaron a las filas de soldados en un camino que va al monumento, con algunas riñas aisladas antes de que la mayoría de los marchantes se dispersaran. Después se les vio dirigiéndose al sistema elevado de trenes de la ciudad, Skytrain, al parecer pasando por filas de policías hacia el monumento.
Para la tarde, unos 500 manifestantes estaban en el Monumento de la Victoria. Soldados y policías hicieron una valla en una avenida cerca del monumento para detener el avance de los manifestantes. No obstante, la calma prevalecía en la mayor parte de Bangkok y había poca presencia militar en las calles.
El portavoz adjunto del ejército, coronel Weerachon Sukondhapatipak, dijo que todos los detenidos reciben buen trato y que el mando militar tiene como propósito lograr un acuerdo político. Después afirmó que «al menos 100 personas están bajo custodia militar», pero no dio nombres ni datos exactos.
«Este es un esfuerzo para que todos los implicados en el conflicto se serenen y tengan tiempo para la reflexión», declaró Weerachon. «No pretendemos restringirles su libertad, sino bajar la presión», apuntó.
La cúpula militar del país también citó a otras 35 personas, incluidos políticos, activistas y por primera vez a académicos abiertamente críticos a fin de «mantener la paz y el orden». Se desconocía si serían detenidos.
Uno en la lista, el profesor de estudios sudasiáticos en la Universidad de Kyoto, Pavin Chachavalpongpun, dijo por teléfono desde Japón que no se presentaría ante la junta militar tailandesa. Aseveró que los citatorios mostraban la inseguridad de los golpistas.
Estados Unidos, el principal aliado de Tailandia, suspendió ayer una asistencia militar a Bangkok de 3.5 millones de dólares. La portavoz del Departamento de Estado, Marie Harf, dijo que Washington revisaba otra asistencia directa estadounidense por siete millones de dólares para Tailandia.
Estados Unidos también recomendó a los estadounidenses que reconsideren cualquier viaje no esencial a Tailandia.