Datos proporcionados por la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Sesan) reportan que hasta la Semana Epidemiológica número 16 de este año -19 de abril- se han detectado 4 mil 132 casos de menores de edad con problemas de desnutrición aguda, un 27 por ciento menos en comparación con el primer cuatrimestre de 2013.

Según Luis Enrique Monterroso, jefe de la Sesan, de enero a abril de 2013 la cifra rondaba los 5 mil 200 casos detectados por desnutrición aguda.

Por otro lado, el funcionario reveló que el departamento de Guatemala se ubica en segundo lugar en cuanto a la prevalencia de los mismos.

“Chiquimula que es el primer departamento con incidencia que tiene 486 casos y Guatemala tiene 485, solo seguidos por Santa Rosa y Quetzaltenango. Eso quiere decir que la problemática nutricional no está solo en el Corredor Seco sino en municipios y áreas que tienen que ser atendidos desde otras perspectivas”.

Por su parte, World Vision Guatemala, Save the Children, el Observatorio del Derecho a la Alimentación y Nutrición y la Red de sociedad civil “Scaling Up Nutrition”, compartieron su preocupación de que las intervenciones mediante el Plan Hambre Cero y la Ventana de los Mil Días, queden excluidas en los planes de gobierno de futuros candidatos.

Asimismo, expresaron que el combate a la desnutrición aguda infantil requiere de voluntad política y de esfuerzos interinstitucionales coordinados para lograr resultados efectivos y duraderos; con una inversión oportuna, eficaz y priorizada en los municipios más vulnerables a la problemática.

De esa cuenta, Billy Estrada, director de Incidencia y Estrategia de World Vision Guatemala, declaró que existen comunidades del interior del país en donde más de la mitad de la niñez entre cero a 5 años padece algún cuadro de desnutrición, aumentando el riesgo en niños indígenas.

“Esto sigue siendo un tema pendiente pero no es una responsabilidad solo del Gobierno sino toda la sociedad. Hace falta más involucramiento. Debe institucionalizarse la Seguridad Alimentaria y Nutricional en el país porque los compromisos políticos atrasan los esfuerzos”, argumentó el directivo de WVG.

MAÍZ CONTAMINADO

En otro tema, Luis Enrique Monterroso estimó que en Guatemala nacen unos 2 mil 500 niños con espina bífida al año, presentando problemas de salud como bajo peso y estatura, debido a que las madres durante la etapa de gestación consumieron maíz contaminado por toxinas derivas de hongo provocado por la humedad.

Asimismo, indicó que entre las acciones que implementarán en este año para controlar la situación esta inversión de Q10 millones para diferentes planes.