La CIA reconoce haber destruido 92 videos de interrogatorios antiterroristas, indica un documento judicial divulgado ayer, un nuevo giro en el escándalo en torno a presuntas prueba de tortura que aparecerían en dichas grabaciones.
«La CIA puede identificar ahora la cantidad de cintas de video que fueron destruidas», indicó Lev Dassin abogado defensor del gobierno estadounidense, en una carta dirigida al juez Alvin Hellerstein encargado del caso. «Noventa y dos cintas de video fueron destruidas», agrega.
La CIA no quiso hacer ningún comentario sobre el asunto.
Hasta ahora la Agencia Central de Inteligencia estadounidense sólo había admitido la destrucción de algunas filmaciones. Su entonces director, Michael Hayden explicó el 6 de diciembre de 2007 que era para proteger a sus agentes de eventuales represalias de Al-Qaida.
Según el New York Times, esos videos mostraban interrogatorios llevados a cabo en 2002 contra dos personas: Abu Zubaydah, sospechado de ser un miembro importante de la organización Al-Qaida y Abdel Rahim al-Nachiri, presunto implicado en el atentado contra el barco militar estadounidense USS Cole en el Yemen en el año 2000.
El entonces gobierno de George W. Bush lanzó una investigación penal y nombró un fiscal independiente, John Durham, para investigar sobre la desaparición de esos documentos. Durham, basado en Virginia (este) donde se encuentra la sede de la CIA, debía terminar su informe el 28 de febrero.
«Esa cantidad importante de videos destruidos confirma las intenciones de la Agencia de disimular sistemáticamente las pruebas de sus interrogatorios ilegales», opinó la Asociación estadounidense de Defensa de las Libertades Civiles (ACLU) que atacó a la CIA por «agravio» a la justicia en este asunto.
«Nuestra denuncia por «agravio» sigue en proceso desde hace un año, es hora de que la CIA asuma su desprecio al Estado de Derecho», agregó ayer un abogado de ACLU en un comunicado de prensa.
Por su parte, el abogado del gobierno en nombre de la CIA, Lev Dassin, explica que «la CIA está recolectando informaciones», para proporcionar al tribunal los documentos relativos a esas grabaciones cuando el juez Hellerstein se lo exija formalmente.
Los documentos son: una lista descriptiva del contenido de cada cinta destruida», «una lista de retranscripciones (…) o una eventual reconstitución del contenido de las grabaciones y «los nombres de los testigos que podrían haber tenido los videos o visto su contenido».
Si bien la CIA se declaró dispuesta a proporcionarle al juez todas las informaciones que le exija oficialmente, recordó que algunas no se desclasificarían, como la identidad de sus agentes a cargo de los interrogatorios.