Destruir la luz de los demás


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Con la simple atención es posible darnos cuenta como las personas descalifican a otras con gran facilidad. No importando las consecuencias que este tipo de conducta pueda provocar. Al parecer. Con la frecuencia que se realiza esta actividad, el entrenamiento en la misma ha de ser de manera temprana. Quizá en el seno familiar, en la escuela, entre otros ámbitos. Por lo que es presumible que se adquiere un aprendizaje por modelamiento social desde la niñez.

Dra. Ana Cristina Morales


El aprendizaje por modelamiento también se le denomina por observación, por imitación, por identificación y aprendizaje social entre otros nombres.  Lo fundamental es que este aprendizaje llega a constituirse, cuando una persona observa el comportamiento de otra y lo llega a repetir de manera total o parcial.

De modo poco afortunado, desde la familia se descalifican a los hijos, a los padres, a los demás miembros del hogar.  En la vida personal, en el trabajo y en la vida profesional, es usual oír de forma continua la incapacidad de brindar una buena referencia de otra persona.  Cuando la gente inquiere algún dato de alguien más, pregunta  ¿Es  recomendable, o no? Y la respuesta usual es: si es buena, pero… Con este tipo de contestación se afirma algo, pero también se busca negar, o, hacer ver,  que sí existe un lado sombrío de la persona, que la hace poco recomendable.  Y así, podemos ver un juego diverso de palabras, que involucran el sí, pero también el pero.

¿Qué es eso de descalificar a alguien? Es la necesidad de algunas personas de mostrar los defectos, las imperfecciones y debilidades de otras.  Ante todo, cuando se sienten  con amenaza  en campos de competencia en donde desean proclamarse mejores o superiores a los demás. Quien descalifica, prefiere hablar o describir las flaquezas de los demás, para “evitar” que se descubran las propias. Se centra en destruir y no construir, lo que le impide crecer y madurar en su vida personal.

La imposibilidad de poder calificar bien en específico a otra persona, también tiene correspondencia con la incapacidad de calificarse bien a sí misma/o.  Es una manifestación de problemas en la obtención de una adecuada autoestima. Al sentirse tan pequeña, mediocre, sin importancia y valor.  La persona trata de manera compensatoria, despotricar acerca de los demás.  No soporta, la posibilidad de la brillantez de alguien más. Entonces, trata de cubrirla, de sofocarla, aun utilizando medios poco honrados u ortodoxos.

Cuando se incurre a la descalificación, como una manera mal intencionada de provocar daño a alguien más. Lo que ocurre es que esa persona que la realiza se siente deplorable y envidia a esa otra. Las  expresiones de esta morbosa conducta, crean conflictos para la persona o grupo particular, situándolos en una posición de desventaja y prejuicio.  El chisme, las malas informaciones a sus espaldas, la exageración de situaciones y la infamia son recursos utilizados por quienes desean desprestigiar o descalificar.  Como un mecanismo inapropiado,  y no tan compensatorio,  de fortalecer su pobreza personal y existencial.