Uno de los más cercanos asesores de Augusto Pinochet destacó este jueves la actitud de la presidenta chilena Michelle Bachelet, que tras el infarto del ex dictador consideró de mal gusto la controversia desatada en torno a cómo deberían ser sus funerales.
El último boletín médico del Hospital Militar, donde el general Pinochet fue internado de urgencia el domingo por un infarto cardíaco y un edema pulmonar, informó en la mañana que su evolución sigue siendo favorable y que el paciente, de 91 años, ha tenido un día tranquilo.
Esta fue la crisis más grave que ha tenido pero ahora los ánimos están más tranquilos, dijo a la AFP el general Guillermo Garín, uno de sus más estrechos colaboradores y vocero de la familia Pinochet, mientras en las afueras del hospital ya no se observaba la presencia de partidarios ni detractores del ex dictador (1973-1990).
También quedó atrás la polémica en torno a a los homenajes que debería recibir en sus exequias, a los que se oponen las organizaciones defensoras de los derechos humanos y los familiares de los más de 3.000 muertos y desaparecidos que dejó el régimen militar.
Me parece que la autoridad de Gobierno ha estado muy bien. Pienso que han sido extremadamente respetuosos y prudentes en ese aspecto, señaló Garín, al referirse a las declaraciones de la presidenta Bachelet cuando consideró inoportuno adelantarse a los hechos.
Por ahora la preocupación es salvar su vida y sacarlo adelante. Los demás temas son para otro momento, agregó Garín.